En el caso de Ricardo Centurión, que fue un poco emblema en esto de la violencia de género y sus antecedentes, nos aseguramos que, en su llegada a Vélez, se comprometa con los valores éticos y morales del club. El protocolo en Vélez está vigente desde el año 2018. Ante la contratación de Centurión, tuvimos conversaciones con el presidente y logramos que se incluya en el contrato  una cláusula especifica, no sólo a Centurión, si no a todos los jugadores que llegaron al club desde enero de 2020. De hecho, por una demora en el transfer, el primer jugador que firmó con esta nueva cláusula fue Mauro Pittón. Lo que hacemos con esa cláusula es que quienes firman contrato con Vélez, reconocen que existe y aceptan el protocolo contra la violencia de genero y  las normas de ética y moral del club. 

Lo que pasó ahora con Sebastián Villa es grave. Como fue grave lo que pasó con Jonathán Cristaldo, que sólo tuvo cinco días de suspensión, después fue a jugar y hasta hizo un gol y todos festejaron como si nada hubiese pasado. Fue grave lo de Cardona y Barrios, acusados por abuso sexual de tres mujeres, también lo de Santos Borré de River, cuya denuncia se terminó archivando. O el caso del arquero Agustín Rossi, que no pudo llegar al Minnesota United por una denuncia por violencia de género. Porque allá, en la MLS, están mucho más avanzados que nosotros acá en esas cuestiones. Por eso hablo del compromiso de las instituciones. Por eso es tan importante tener departamentos o especialistas con perspectiva de género para  abordar el trabajo, porque eso obliga a la institución a actuar.

Lo clave es el armado institucional, en Vélez trabajamos con los chicos de la pensión, con los de distintos deportes y con los formadores, en las actividades sociales y culturales, para que las políticas de genero e igualdad estén incluidas. La idea es que el jugador que llegue a primera venga con un compromiso y una educación, que sea evidente. Yo sostengo que este tipo de violencia, la machista, la que existe contra la mujeres, la vamos a terminar cuando exista un cambio cultural en la sociedad, ahí entra la educación. 

Ahora ante una situación como la de Villa, Boca puede hacer dos cosas. O hace caso omiso, mirar para otro lado y avalar que en el club pasen este tipo de situaciones y que esté permitido, o bien puede reaccionar y accionar. Por eso insisto que esto es una decisión política y toda decisión política tiene un costo, más cuando el agresor es un jugador que vale millones de dólares y rescindir ese contrato trae aparejado una gran disyuntiva: la parte política , con un posible rechazo de algunos socios y socias por la decisión de apartar al jugador y el costo económico. Por eso es tan importante y es una decisión a tomar.  Pero , reiteró si vos dejas a esa persona agresora sin ningún tipo de apercibimiento, estás permitiendo que tu institución  avale la violencia contra la mujer.

Otra cuestión es que el contexto de la pandemia, que no hay fútbol pronto, hace que cualquier sanción inminente , como  una separación preventiva o una decisión más profunda sea más sencilla de tomar. No sabemos cuando se va a volver a entrenar ni a jugar. Eso favorece a Boca, con Cristaldo pasó eso: Racing, en plena competencia, no tuvo la decisión política para separar a esta persona de la institución. Lo hizo cinco días para tapar la situación, pero volvió a jugar. Ahora, Boca corre con esa gran ventaja. Lo que pasa es que nadie quiere pagar el costo. Esto no puede relacionarse con el derecho laboral de los jugadores, acá no hay excusas. Cada club tiene un estatuto social, dónde hablarán de las conductas y las buenas costumbres. Son cosas básicas. Si el jugador es socio está obligado a cumplir con eso. Pasa que ningún presidente de ningún club, quiere pagar el costo político y económico de esto. Esto es un compromiso del que tenés que hacerte cargo. 

La esperanza que tengo es que Boca actúe distinto y que marque el ejemplo que corresponde como uno de los clubes más grandes que es. También tiene la chance de hacerlo en este contexto, que no sabemos cuando se reanuda la competencia. Puede desde rescindir el contrato , separarlo del grupo, separarlo de los entrenamientos y darle unos cuantos meses de licencia. 

Más allá de todo eso, sobre el hecho que Villa haya sido albergado por otro futbolistas, no me parece mal. Tiene que vivir en algún lugar. Desconozco si tiene familia acá o no. Además, quiero dejar algo claro: Al violento también hay que darle la oportunidad para que pueda modificar su accionar. No sé si el círculo que tiene cercano son las personas indicadas, pero siempre buscamos que el agresor sea apartado de la víctima, pero que tenga la posibilidad de reeducarse y cambiar sus comportamientos. 

Tenemos el problema que en el hecho de Villa, Cristaldo o cualquiera de estos casos, existe una relativización de la denuncia de violencia de género porque el tipo es jugador de fútbol, y también quizás porque la mujer sea modelo o muy hermosa. ¿A la gente le importa esa mujer golpeada o le importa que el jugador de fútbol siga jugando? Para un ejemplo, el comunicado de Boca que lo primero que marca es que se pusieron en contacto con los abogados y representante del jugador y nunca con los de la víctima o con la víctima en sí. Debería haber sido lo primero, si es que realmente tienen un compromiso con esta causa. 

Desde le momento que sos Comisión Directiva, tenés la potestad de tomar una decisión que sea para el bien de la institución. Ahora, que haya comisiones directivas que quieran jugar para la tribuna es otra cosa. Es un trabajo que se viene haciendo hace un montón, falta mucho, porque falta mucho en la sociedad y el fútbol es parte de la sociedad.

*Paula Ojeda es abogada, especialista en Violencia de género. Es la responsable del área de género de Vélez y una de las que armó el protocolo que el club tiene vigente desde el año 2018. También asesora a otros clubes en esa temática.