El presidente del club Alianza de El Salvador, Pedro Hernández, otros dos directivos y dos autoridades del estadio Cuscatlán fueron detenidos hoy bajo el cargo de homicidio culposo, lesiones culposas y estragos públicos por la estampida que provocó una docena de muertes el sábado pasado en un partido de fútbol de la liga de ese país.

La Fiscalía General de la República de El Salvador (FGR) informó que las investigaciones realizadas demostraron que "las puertas habilitadas no eran suficientes para el número de aficionados" y que, a la vez, "no fueron abiertas con suficiente anticipación para un ingreso ordenado y seguro".

La hipótesis de la justicia abunda que "al agotar las entradas disponibles para el encuentro deportivo, (los organizadores) decidieron comercializar ilegalmente boletos emitidos para encuentros anteriores".

Además de Hernández, las personas detenidas fueron el gerente de seguridad Edwin Abarca Ventura; la gerente de finanzas Zoila Córdova; el gerente general de EDESSA, la compañía que administra el estadio Cuscatlán, Reynaldo Avelar Contreras y el encargado del estadio, Samuel García Montano.

La estampida se produjo el sábado en el encuentro de vuelta de los cuartos de final entre Alianza y FAS, que fue suspendido a los 15 minutos frente a la tragedia que dejó 12 muertos, 88 hospitalizados y más de 500 atenciones médicas en el lugar.

La Comisión Disciplinaria de la Federación Salvadoreña de Fútbol (FESFUT) resolvió que el club Alianza deberá jugar a puertas cerradas por un año y pagar una multa de U$S 30.000 por la tragedia.