Cuando parecía que el hincha de Boca intentaba enterrar la derrota de la final de la Copa Libertadores ante su eterno rival, la dirigencia del club Xeneize decidió no dar por cerrado ese capítulo histórico adverso e insiste con el reclamo de los puntos por los incidentes que se dieron el 24 de noviembre cuando iba a disputarse la revancha de la finalísima en el Monumental.

Según pudo saber "Doble Amarilla" de diversas fuentes, a mediados de enero, mientras todos los focos apuntaban al mercado de pases, Boca hizo presentaciones formales ante el Tribunal Arbitral Superior (TAS) para exigir que le den el título de campeón de la Copa Libertadores 2018 ganado en la cancha (el Santiago Bernabéu) por River. Las presentaciones hechas en los últimos días tienen que ver con argumentación respaldatoria sobre el reclamo de fondo.

Formalmente, Boca inició el largo camino del reclamo de puntos el día posterior al encuentro suspendido. El domingo, mientras el plantel de River esperaba para jugar el partido cancelado el día sábado por la agresión al micro de Boca, los dirigentes xeneizes presentaron un reclamo formal ante los dirigentes de Conmebol que estaban alojados en el Hotel Alvear Icon de Puerto Madero. Ese movimiento obligó a Alejandro Domínguez a suspender la revancha. Sin embargo, días más tarde el Tribunal de Disciplina de Conmebol rechazó la demanda. Boca insistió y elevó el reclamo a la Cámara de Apelaciones de la Confederación Sudamericana. Pero el 6 de diciembre, a tres días del partido en Madrid, el tribunal compuesto por el ecuatoriano Guillermo Saltos, el boliviano Omar Dorado y el colombiano Giraldo Muñoz volvió a darle un revés a Boca y ratificó la decisión de primera instancia.

No conforme con ello, la dirigencia de Boca tomó la decisión de recurrir al TAS mediante un recurso extraordinario intentando forzar la suspensión del partido en el Bernabéu. En un fallo express, dado a conocer 24 horas antes de la gran final, el Tribunal con sede en Suiza denegó el pedido y Boca ya no tuvo más remedio que jugar. Sin embargo, en la sentencia aclara que no se resuelve la cuestión de fondo (el reclamo de los puntos) y que el proceso seguirá abierto a menos que la demandante decida darlo de baja.

A más de 45 días de aquel 1-3 en tierras madrileñas, el presidente de Boca, Daniel Angelici, decidió insistir con el reclamo e instruyó a sus letrados (contrató al prestigioso bufette Pintó Ruiz & Del Valle) a que no den de baja la demanda y que avancen con los escritos para intentar despojar a River del título de campeón de América. La particularidad es que, en el descargo, Boca también apunta a Conmebol y la demanda por haber permitido que se juegue el partido.

La decisión de Angelici hay que leerla siempre en clave política, pero en el mundo Boca las aguas están divididas en torno a esta iniciativa. Hay quienes dicen que seguir intentado ganar en los escritorios es ahondar en una herida dolorosa y hasta “mostrar un papel poco digno”. De la otra vereda del mismo club, algunas voces aseguran que no hay alternativa y que el termómetro dice que el hincha de Boca quiere seguir reclamando. 

Sin dudas el episodio Libertadores le dio a Angelici un golpe duro a tal punto que, como contó "Doble Amarilla", el propio presidente Macri quiere participar muy activamente del armado de la fórmula presidencial y de la lista que competirá en las elecciones de fin de año. Hoy la popularidad de Angelici está en niveles subterráneos y su candidato, el secretario Christian Gribaudo, no es garantía de triunfo. De hecho, Gribaudo fue uno de los que convenció al Tano a que no cumpliera con el “pacto de caballeros” firmado para jugar en el Monumental al día siguiente de la primera postergación. La duda inquietante es: ¿Cómo tomará el socio y el hincha de Boca este nuevo reclamo cuando el equipo y todo el mundo Xeneize intenta dejar atrás la finalísima?

Por lo pronto la continuidad de la demanda y los documentos presentados por Boca al TAS no cayeron nada bien en Asunción. En Conmebol entienden que se encamina todo hacia un proceso largo (no menos de 6 meses), costoso para todas las partes y con un final cantado. Tampoco gustó en Paraguay que River los demandara por el lucro cesante generado por la mudanza de sede.

La final más importante de la Libertadores suma (aún sentenciada) un insólito nuevo capítulo. El devenir político Xeneize dirá si Boca avanza hasta las últimas consecuencias con el pleito o se baja a mitad de camino.