Si hay algo que el ciclo de Marcelo Gallardo en River acumula son noches mágicas. Y no siempre tienen que ver con la conquista de títulos, a veces, sucede. Y sucede porque la mancomunión entre la hinchada de River y los planteles que supo armar, desarmar y armar de nuevo Marcelo Gallardo es casi total.

Sin dudas, Leonardo Ponzio, Jonatán Maidana y Rodrigo Mora eran los tres pilares del ciclo Gallardo. Aquellos que más tiempo estuvieron, más títulos ganaron y más identificados estaban. Si bien ya venía haciendo méritos desde el minuto cero, cuando antes de elegir seguir en Europa, vino a cumplir su sueño de jugar en River y cuando en este mercado de pases, después de aquella noche ante Palmeiras, dejó abierta la puerta para irse y él mismo la cerró de nuevo, cuando se le pasó el enojo, el fastidio y la bronca. El miércoles por la noche, Enzo Pérez terminó de subirse a ese trío que ahora es póker. Cuando desgarrado y sin ideas de lo que es atajar una pelota (algo que quedó claro en las pocas llegadas que tuvo Santa Fe) se puso al servicio del equipo y atajó en el Monumental ante un equipo colombiano de Santa Fe apático.

La victoria de River no hace más que ponerle el rótulo de épica a una noche que ya había servido para sellar el contrato entre Enzo Pérez y los hinchas de River, un contrato que ya estaba firmado, pero que ayer se rubricó con tinta indeleble. Luego de aquel error que costó un gol con San Lorenzo en la Copa de la Liga, algunos cuestionaron al “24”, ayer acalló los cuestionamientos para siempre.

“Vestirme de jugador de River, ir por el túnel, salir a la cancha y jugar. Esos diez segundos que pita el árbitro e inicia el partido… ese era mi sueño, después, todo lo que vino después de ganar, de ganarle a Boca, de salir campeón es un regalo queme dio la vida. Yo solamente quería ser jugador de River. Por un minuto, pero ser jugador de River. Ese era mi sueño y el de mi familia”, dijo el Mendocino ante los pibes de la pensión del club, en una frase que fue más una declaración de principios que otra cosa y que explica la sonrisa de oreja a oreja de Enzo Pérez y sus hijos, todos vestidos de arquero, en las últimas horas de ayer.

El de Enzo Pérez entrará a la galería de aquellas noches mágicas del Ciclo Gallardo. Si fueran capítulos de “Friends”, ahora que se vuelve a hablar de ellos por el anunció de la reunión del elenco, serían “Ese en que Barovero le atajó el penal a Gigliotti”, “Ese en que Maidana cabeceó en el Morumbí”, “Ese en que Esqueda hizo los goles ante Juan Aurich”, “Ese en que bajo la lluvia le hizo 8 goles a Wilstermann”, “Ese en que parió el“fue parte de la estrategia”, “Ese en que hubo “penal para River en Porto alegre” y diluvió”, “Ese en que el Oso hizo un gol sacando del medio”, “Ese que después se conoció como “El 9 de diciembre de 2018”, “Ese en que sometió a Palmeiras en Brasil”, “ese Superclásico del pibe Leo Díaz y los pibes de la Reserva” y la “ese en que Enzo Pérez se puso los guantes y River ganó sin suplentes”.

No todos hablan de victorias, no es necesario. Hace casi 7 años que Marcelo Gallardo es el denominador común de un ciclo que lleva 12 títulos y varias noches que se escribieron con tinta indeleble en la historia de River. Todos tienen una historia que contar, no siempre es una victoria ni un título. El orgullo e identificación del hincha Millonario con estos planteles va más allá de triunfos y trofeos, más allá que éstos son claves para perpetuar el idilio.

Dentro de unos años, los hinchas dirán: “¿Te acordás cuando Enzo Pérez fue arquero?, ¿que esa noche debutaron dos pibes? Lecanda y Peña Biafore eran”. Y será aún más grande y variopinta la leyenda porque no se pudo ir a la cancha. Enzo Pérez, está subido hace rato al pedestal de los elegidos del Ciclo Gallardo, ayer rompió ese techo y ya se metió en la historia de River. Esa que también trasciende al propio Gallardo, su aura, sus títulos y su estela.

Ayer se lo terminó de ganar, porque atajó desgarrado, porque puso la cara, porque quiso estar. Porque puso el pecho, el corazón, los huevos y, de paso, se puso los guantes. Protagonizó “ese en que Enzo Pérez fue arquero y River ganó sin suplentes”.