La SuperLiga ya se vive, se transita y se polemiza en cada amante del fútbol argentino y en cada dirigente de los clubes. El reparto de la plata es el punto más crucial en la organización de la nueva estructura. Tiene más peso la repartija de dinero que la forma de disputa del torneo. 
Los clubes grandes pretenden imponer su postura, hacer valer su convocatoria y protagonismo en los torneos y he ahí el inconveniente. Los clubes chicos no estarían del todo convencidos en aceptar esas reglas del juego. 
“Esta no es la liga de los equipos grandes. Son importantes, pero no los únicos”, dijo el presidente de Banfield, Eduardo Spinosa. Luego, el mandamás del equipo del sur dijo que “no podemos perder los derechos adquiridos que teníamos”. 
La tensión en el recinto del hotel porteño donde se realizó el cónclave fue real y como cierre de la jornada, los dirigentes resolvieron tomarse 90 días de plazo para resolver como va a ser el reparto del dinero. ¿Mientras? Se seguirá repartiendo de igual modo como fue hasta ahora la distribución. 
“Veníamos planteando desde nuestra posición el tema de la distribución del dinero. Nosotros propusimos que el 50% del dinero se distribuya con los mismo porcentajes en los que se viene repartiendo hasta ahora, y la otra mitad, en partes iguales para todos los clubes”, dijo Ricardo Carloni, uno de los vices de Rosario Central y representante del club canalla en la reunión. 
Desde la mesa directiva de la SuperLiga se levantaron voces en contra de la posición presentada por Carloni, como lo fue la del vicepresidente de River, Jorge Brito, quien dijo no acompañar lo expuesto por el rosarino. 
La reunión terminó de manera “acalorada”, según dijeron los propios protagonistas en las sucesivas ruedas de prensa que tuvieron lugar en la puerta del hotel propiedad del presidente de Racing, Víctor Blanco, aunque pusieron especial énfasis en aclarar que “hubo respeto, siempre con respeto y nadie sobrepasó el límite”. Es incierto cuándo volverá a juntarse el Comité Ejecutivo de la SuperLiga.