Estaban citados 30 presidentes de clubes de Primera, junto a sus asesores de seguridad y legales al ministerio de Seguridad. El anfitrión era Guillermo Madero, director nacional de Seguridad en Espectáculos Deportivos, quien iba a ser el encargado de explayarse en la nueva normativa sobre el derecho de admisión en los estadios. Finalmente, sólo hubo dos presidentes (Russo y Spinosa), cuatro vicepresidentes (Carloni, Sasso, Silva y Brito) y ningún enviado de la AFA, lo que presagiaba una reunión poco productiva.

El contexto más inminente de la reunión era la resolución que esta mañana publicó el Ministerio de Seguridad aplicando el derecho de admisión a la cúpula de la barrabrava de Boca, entre los que se encuentran Rafael Di Zeo y Mauro Martín. Precisamente esta medida fue la que provocó la reacción de Boca Juniors. “¿Cómo puede ser que nos enteremos por los medios, venimos trabajando todos y de golpe nos exponen así?”, espetó a Madero el Secretario General xeneize, el funcionario provincial Cristian Gribaudo, en el arranque de la reunión. En Boca, no cayó nada bien que Seguridad tomara una definición tajante sin avisarle previamente al club. Atónitos quedaron los funcionario del ministerio que jamás esperaban (al menos de manera abierta) que la primera crítica viniera precisamente desde el club manejado por un aliado del presidente Macri y que el vocero iba a ser un funcionario de la gobernadora María Eugenia Vidal. 

Según pudo saber Doble Amarilla de fuentes cercanas a participantes de la reunión, de la que también participaron el Jefe de Gabinete del Ministerio, el Dr. Pablo Noceti y la Coordinadora del área, la Dra. Mariana Galván, las críticas no quedaron ahí. Tras escuchar durante una hora la exposición de Madero y su equipo a los dirigentes le quedaron un sinfín de dudas. 

Al tomar la palabra los clubes remarcaron que es su prioridad dar pelea a la barras, pero no quieren repetir errores, sino que pretenden esta vez se haga de una manera seria y efectiva. Los especialistas de seguridad y legales de los clubes alertaron que uno de los puntos que más confusión genera es el que plantea la discrecionalidad por parte del ministerio de definir los motivos por los que se le debe impedir el ingreso a los estadios a un hincha. Desde el lado de las instituciones se escuchó decir que lo mejor era, antes de sacar una normativa así, consensuar entre todos cuáles son las causas tipificadas para que se aplique el derecho de admisión. “¿Cuál es el parámetro para medir que una persona es peligrosa?La normativa es difusa y muy subjetiva”, sentenció el representante de un club.

Más allá de las diferencias, los funcionarios admitieron que tampoco tienen por el momento ciertas respuestas básicas como, por ejemplo, un problema común en las tribunas argentinas: ¿qué pasará cuando prohiban entrar al líder de la barra oficial y sí puedan ingresar de la disidente? Es por eso que, desde los clubes, aseguran que la medida es impracticable y volvieron a plantear que el camino correcto son las entradas nominales.Lo cierto es que los dirigentes temen que las normativas recientes sean medidas mediáticas y efectistas, pero de nula aplicación en concreto. Es decir, más de lo mismo de los últimos años. También subyace cierto temor en varios clubes que tienen la interna barra controlada y no quieren activar una bomba demasiado delicada.