(De la redacción de DOBLE AMARILLA) Fútbol, no política...aunque la hubo. Ese puede ser el resumen del encuentro entre Mauricio Macri y Claudio “Chiqui” Tapia en Casa de Gobierno. Estratégicamente, para evitar especulaciones sobre el diálogo, a los 5 minutos del fin de la reunión el secretario de la Presidencia, Fernando De Andreis, se apersonó a la sala de prensa para contarle a los acreditados que el Presidente y el titular de AFA sólo hablaron de los planes del Ejecutivo para el Mundial (instalación de la casa argentina en Rusia) y de la candidatura para la Copa del Mundo 2030.

Una hora más tarde, desde Presidencia de la Nación difundieron el testimonio fotográfico del encuentro y ahí comenzó el análisis político. En ese ejercicio es imposible no desmenuzar la imagen y el contexto al menos en dos partes: el retrato se da en momentos de máxima tensión entre Macri y Hugo Moyano (suegro de Tapia y uno de sus máximos sostenes políticos en Viamonte) y tiene la particularidad que en los flashes no aparece Daniel Angelici.

Vamos por partes. No escapó al picado fino del análisis ni en Gobierno ni en el mundo de la rosca futbolera que el Presidente recibiera a Tapia a días del paro organizado por el camionero. Es cierto que pese a que algunos medios lo sugirieron, a ningún conocedor de los protagonistas y del juego, se le podía ocurrir que Macri y Tapia iban a hablar del “caso Moyano”. En esta arena el sindicalista no tiene interlocutores y jamás los tuvo, habla él mismo. Sin embargo, el hecho de confirmar el encuentro y difundir una foto en la que se ve a ambos sonrientes no es un detalle menor. La lectura que reinaba desde ambas puntas de la reunión es que el mensaje presidencial a Tapia fue una especie de “no es con vos”. “Tapia es AFA, no es Pablo Moyano ni camioneros y eso el Presidente lo sabe”, relata un analista puertas adentro de la Casa Rosada. La sonrisa con la que Chiqui salió de Balcarce 50 confirmaba que el cónclave había superado sus expectativas.

¿Por qué fue tan importante el encuentro y la foto? Desde que la pelea Macri-Moyano pasó de caliente a temperaturas cercanas a la ebullición, Tapia no dejó de recibir mensajes respecto a su gobernabilidad en AFA. En los últimos meses, vía Daniel Angelici, parte de su equipo de confianza recibió duras embestidas con las que se buscó recortarle poder. El Tano siempre se mostró como interlocutor entre el Gobierno y AFA. Pedía, advertía y marcaba la cancha invocando al Presidente de la Nación. Pero en ese juego, Angelici jugó más fichas de las que en la Rosada le dieron y eso no cayó nada bien. 

Desde fines del año pasado, Macri empezó a ensayar un nuevo vínculo con AFA. Primero envió a Fernando Marín a juntarse varias veces con Tapia y sus colaboradores para interiorizarse de la gestión en la casa madre del fútbol argentino. En esos encuentros, empezaron a entender en Viamonte que varios pedidos del Tano no tenían la venia presidencial. Luego empezó a interactuar un actor que primero cayó en la grieta Tapia-Angelici y ahora logró correrse de ese eje y empezó a operar como nexo AFA-Rosada: Gerardo León. El hoy director Ejecutivo de la Asociación del Fútbol Argentino se enfrascó gran parte del año pasado en una especie de guerra fogoneada por Angelici contra Pablo Toviggino, Secretario Ejecutivo y uno de los hombres de confianza de Chiqui. Sus roles muchas veces se mezclaban y León se encontró prácticamente sin funciones ejecutivas. El conocimiento de AFA y la preferencia de los presidentes de los clubes de tener como interlocutor al santiagueño dejaron a León sin peso. Superada esa riña, León entendió que la guerra era inútil y que el Tano no lo llevaba por buen camino y se corrió de sus mandatos. Inmediatamente, Angelici pidió la cabeza de León, pero Tapia decidió no bajar la guillotina. Ese gesto fue leído por la dupla De Andreis-Marín como todo un detalle de Chiqui a Macri, quien en definitiva fue el impulsor de la llegada del ex funcionario del ENACOM al fútbol.

Ante este panorama no sorprendió en lo mas mínimo ver en la foto difundida por Presidencia a Gerardo León sonriendo ampliamente mientras Tapia y Macri se confundían en un abrazo. Ese fue todo un mensaje directo a Daniel Angelici. Un dato no menor es el recelo que tuvieron desde Presidencia de la Nación para confirmar esta reunión. El encuentro estaba en estipulado para hace unos 15 días, luego se postergó para la semana pasada y finalmente esta semana, en medio de los feriados de Carnaval, Tapia recibió el ok definitivo que el Presidente lo esperaba el jueves 15 a las 12.30 en la Rosada. Angelici se enteró del encuentro porque Tapia le avisó que iba a ver al Presidente, pero desde el Ejecutivo nadie le comentó al vicepresidente de AFA sobre el cónclave. “Macri quería verlo sólo a Tapia, no a otros dirigentes. La presencia de León se explica porque va a tener un rol clave en la instalación de la casa argentina en Rusia y porque va a participar de las reuniones trinacionales para la organización del Mundial 2030”, explicó a Doble Amarilla una fuente de Presidencia.

Tal como sucede en el terreno Judicial donde Angelici tiene en Lilita Carrio y en “Pepín” Rodríguez Simón dos rivales que quieren empujarlo puertas afuera de los tribunales, en el fútbol también tiene sus detractores. En la rosca de la pelota De Andreis, Marín y ahora León juegan en sintonía y no quieren al Tano cerca. Sus objetivos son mantener una buena relación con AFA (consideran que no es momento de avivar un nuevo conflicto), impulsar las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) y aprovechar las bonanzas que un buen Mundial puede dejar a un gobierno.

¿Pero esta alteración deja a Angelici fuera de juego? Claro que no, pero algo cambió. Sorprendido por la foto algún memorioso recordó ayer en AFA que el año pasado durante la inauguración del centro de alto rendimiento de Boca en Ezeiza el presidente se fotografió con Angelici y esquivó la imagen junto a Tapia. “A Chiqui lo sentaron en primera fila y no lo invitaron al estrado. Sólo hubo fotos del Presidente con Angelici y el mellizo. Ahora si difundieron foto juntos”, recordaban. 

Pero el cambio no es sólo en cuanto a la relación Gobierno-AFA. Macri no está convencido en bendecir a quien Daniel Angelici quiere posicionar como su sucesor. El Tano pretende que en 2019, cuando dejará la presidencia de Boca, el candidato oficialista sea Christian Gribaudo, hoy Secretario general de los xeneizes y uno de sus hombres de peso en la política bonaerense. Sin embargo, Macri prefiere para el pos-angelicismo un perfil más parecido al suyo. Es por eso que sueña con la vuelta al club del hoy ministro de Modernización, Andrés Ibarra. El funcionario ya estuvo en Boca durante la presidencia de Macri como gerente general. De golpe, el terreno del fútbol también empezó a mostrarle las garras al Tano.