La postura extrama de Angelici, acompañada por varios clubes grandes, finalmente no prosperó y hubo que buscar una alternativa intermedia. Así surgió la idea de polarizar la deuda de los clubes, una postura riesgosa pero menos agresiva y antipática que la de cobrar intereses al deudor. El otro punto tuvo que ver con la posibilidad de fichar jugadores mientras perdure esa deuda. Ahí volvió a zanjarse de cierta manera salomónica la cuestión como ya comentamos ayer.

Lo concreto es que más allá de las medidas ya no se ocultan ciertos contrapuntos entre el presidente de la AFA, Claudio Chiqui Tapia y su vice, Daniel Angelici. “El Tano no se mete en cuestiones de manejo de AFA”, repetían hace pocos días en el entorno de Tapia, pero hoy admiten que la deuda de los clubes sí fue un tema donde tuvieron que sanjar profundas diferencias. 

Esta vez Tapia evitó la confrontación abierta y usó como estrategia la demora del convenio de reciprocidad entre AFA y Superliga que debía firmarse ayer. Diversos clubes confirmaron que está todo listo y hay mucha expectativa sobre esa rúbrica ya que destraba los pagos de Fox y Turner. A último momento, Tapia puso un delay a esa firma para poder cerrar primero una versión más ligth a la que proponía Angelici respecto al acuerdo con los clubes deudores. Resuelto esto, todo se encamina para que entre el miércoles y el jueves se estampe la firma del acuerdo en que la Superliga deberá girarle 14 millones de pesos mensuales a la AFA por los servicio del Tribunal de disciplina, oficina de jugadores y árbitros. 

El primer contrapunto no parece nada grave, algo que ocurre en el manejo de toda institución pero que habrá que ver si en otras oportunidades se resuelve de similar manera.