La delegación de la Selección Argentina en Australia va entrando en confianza.Ayer, el reecnuentro de muchos y el encuentro inicial de otros. Como, por ejemplo, la reincorporación de Mauro Icardi. Hoy, la historia es otra. Después de repasar las alternativas del atentado -que no lo fue- a 20 killómetros del hotel en donde se concentra la Selección, los jugadores se concentraron en el nuevo ejercicio que aemó Sampaoli: un entrenamiento con los delanteros por un lado y los defensores por el otro.

Y si bien nada es seguro, según trascendió desde las entrañas mismas del equipo nacional el técnico está pensando en plantar un equipo hiperofensivo, con una formación con mayoría de jugadores con mucha sensibilidad en los pies. Los once que están dando vueltas por la cebeza del santafesiono son: Romero; Mercado, Mammana y Ottamendi; Salvio, Biglia, Banega, Di María; Messi y Dybala; Aunque quizás vaya Fazio por Mammana a último momento y Nacho Fernández por el Toto Salvio. A simple vista, un equipo muy ofensivo, con poca gente para recuperar el balón y con varios que van a tener el arco de enfrente entre ceja y ceja.

Fuera de las notas periodísticas, los jugadores e la Selección se muestran muy entusiasmados con respecto a los primeros pasos del santafesino. Los ejercicios distintos, las charlas individuales,el trato paternal que posee ya con varios... Son todas actitudes que suman en una etapa flamante y que aún no ha mostrado miserias. Parece que una de las conversaciones que más energía y tiempo le llevó a Sampaoli fue la que mantuvo ayer en el hotel de Melbourne con Higuaín y Dybala. Duró cerca de una hora y media y, al finalizar la misma, los dos jugadores de la Juventus de Italia se mostraron muy contentos con la llegada de Sampaoli y su decálogo a domicilio.

Las próximas prácticas serán determinantes para saber si lo que insinúa Sampaoli en las primeras prácticas es real o si algún impedimento físico puede obstaculizar semejante apuesta. El rendimiento en las prácticas lo dirán.