Luego de la derrota ante Arabia Saudita y el triunfo ante México demostrando entereza anímica, la Selección Argentina en el estadio 974 de Doha dio una gran muestra de fútbol ante Polonia y, pese a que el resultado sólo mostró un 2-0, el mensaje tanto interno como para afuera fue un golpe de autoridad de cara a los octavos de final y la recta final de esta Copa del Mundo Qatar 2022.

A continuación cinco conceptos que permiten analizar el triunfo ante los dirigidos por Czeslaw Michniewicz que marca la vuelta al nivel habitual del equipo de Scaloni.

1. La voracidad e intensidad intacta

Una de las características que llamó la atención en el debut ante Arabia Saudita en el equipo de Scaloni fue que careció de un sello distintivo de este ciclo en su cuatro años: la voracidad e intensidad física para someter al rival desde el primer minuto.

Tweet de Selección Argentina 🇦🇷

Ante Polonia, en los análisis previos el rival más exigente del grupo, volvió ese sello habitual y con creces porque Argentina literalmente borró a su rival de la cancha, impuso su estilo de juego y ‘Dibu’ Martínez fue un espectador de lujo porque casi no tuvo actividad el arquero del Aston Villa.

2. Cambios que resultaron y soluciones desde lo no habituales titulares

Como lo señaló el propio Lionel Scaloni desde su conferencia de prensa, Argentina se había acostumbrado desde la Copa América ganada en el Maracaná hasta el desembarco mundialista a tener un once titular de gala. Sin embargo, luego de la derrota ante Arabia Saudita y con la puesta a punto física desfasada de algunos jugadores, ante México y en este duelo frente a Polonia Scaloni hizo cambios y le resultaron.

Ante los europeos, Alexis Mac Allister en su segundo partido mundialista abrió el tanteador y marcó el rumbo hacia el triunfo, Enzo Fernández volvió a ser el termómetro del mediocampo y Julián Álvarez selló el resultado con una gran definición.

Asimismo, las modificaciones en el segundo tiempo oxigenaron al equipo y le permitieron llegar sin sobresaltos a una victoria contundente y categórica.

3. El equipo respaldó a Messi luego del penal atajado por Szczesny

Durante mucho tiempo se habló de la Messidependencia de este equipo: la necesidad de contar con un Leo salvador que guíe al equipo hacia la victoria. En el encuentro ante Polonia, Messi no tuvo de sus mejores actuaciones en la Selección e inclusive sufrió un golpe anímico tras el penal desviado por Wojciech Szczesny en la recta final del primer tiempo.

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No obstante, tras el respaldo del público al máximo referente y capitán del equipo, fueron sus compañeros quiénes tomaron la posta y llevaron a buen puerto el duelo ante los polacos con solidez defensiva, combinada con lucidez y paciencia para convertir y sellar el triunfo.

4. Un control perfecto tanto de las pelotas aéreas como de Lewandoski

En la previa el juego aéreo y la altura de Polonia era señalado como un alerta para la Selección Argentina, como así también la presencia de Robert Lewandoski, uno de los mejores delanteros del mundo.

No obstante, con el regreso de ‘Cuti’ Romero en la zaga central por Lisandro Martínez y el gran Mundial que sigue completando Nicolás Otamendi, sumado a la buena labor de los laterales y de Enzo Fernández, Argentina controló tanto el único delantero neto de Polonia como a sus envíos aéreos al área de ‘Dibu’ Martínez.

Tweet de DSports

Un sólo cabezazo desviado de Kamil Glik luego del gol de MacAllister fue la única jugada de riesgo que generó Polonia en todo el partido: un saldo más que favorable.

5. La sintonía de adentro hacia afuera de la cancha es perfecta

Los casi 35 mil hinchas argentinos presentes en el estadio 974 de Doha se hicieron sentir. Los jugadores reconocieron la importancia del jugador Nº12 en sus declaraciones y los hinchas aparecieron en momentos clave del encuentro: la previa, la decisión del VAR sobre el penal y luego sostener a Messi luego del desvío de Szczesny, tras los goles y el desahogo final.

Tweet de doble amarilla

Luego de un primer cimbronazo en el Lusail ante Arabia Saudita, los simpatizantes argentinos volvieron a sentirse protagonistas y se transformaron en un sostén anímico en una identificación con el equipo que es plena: un elemento indispensable para los pasos que vienen para la ‘Albiceleste’ con cruces a todo o nada en el camino hacia la final del 18 de diciembre.