Fue una noche por demás complicada para los pentacampeones del mundo, la que vivieron en la jornada por Eliminatorias Sudamericanas en Cuiabá. Por un lado, porque a Brasil le costó sobremanera poder abrir el marcador ante la sorprendente Venezuela del ‘Bocha’ Batista. 

Por el otro, por el histórico empate que consiguió la “Vinotinto” en tierras brasileñas. Y con el agregado de la despedida para con el equipo verdeamarelho y en particular con su astro: Neymar.

El ex futbolista del Barcelona y París Saint-Germain abandonó el campo de juego luego de forcejeos sobre el final con parte del plantel de Venezuela. Cuando se acercó a la boca del vestuario, lindero a la zona de tribunas, le arrojaron una bolsa de pochoclos.

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“No vine acá de vacaciones, y menos a pasear. Vine a hacer lo que más amo, que es jugar al fútbol y defender a mi país. Nosotros estamos haciendo lo mejor, dando lo mejor, y muchas veces el resultado no llega, algo que el fanático no espera”, puntualizó Neymar en zona mixta, ya más tranquilo. “No vi lo que fue, sólo noté que me pegó y me puse muy nervioso. Condeno ese tipo de actitudes. Es malo por el fútbol y para el ser humano. Un tipo que hace ese tipo de cosas no es una persona educada ni va a conseguir educar a sus hijos de la mejor manera posible”, reflexionó.

Brasil empezó ganando con un prematuro gol de cabeza de Gabriel Magalhaes en los albores del complemento por el peso específico de su jerarquía individual y colectiva, pero los dirigidos por el argentino Fernando Batista ratificaron, como ya lo habían hecho en las dos fechas iniciales de estas Eliminatorias Sudamericanas, que sus aspiraciones de acceder al primer Mundial de su historia, sobre todo ahora que hay 6 plazas y media para Sudamérica, están plenamente justificadas.