(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Valeria Pesa tenía 2 años, cuando Davor Suker, Zvonimir Boban y Robert Prosinecki, entre otros, se quedaron en la puerta de la gloria en "Francia 1998". De aquella Croacia a esta, que el próximo domingo jugará la final, pasaron 20 años. En esas dos décadas, Valeria, que nació en Argentina, pero cuyos cuatro abuelos son croatas, aprendió el idioma de su cultura, a tocar instrumentos típicos y a mamar cada vez que puede cuestiones de la cultura croata, incluso pudo viajar a conocer la tierra de sus antepasados.

Valeria tiene 22 años, y cuando Suker, Boban y Prosinecki, entre otros héroes croatas, estuvieron cerca de conquistar el mundo, tenía apenas dos. No recuerda nada. Le contaron de los festejos luego de la obtención del tercer puesto, ante Alemania. Ahora, ella escribirá su propia historia. De la misma manera que lo harán Rakitic, Módric y Manduzukic, entre otros. "Doble Amarilla" habló con ella, para semblantear como viven los croatas en Buenos Aires, la antesala de su primera final del Mundo. 

Doble Amarilla: ¿Más allá del fútbol en sí, contame un poco cómo es tu historia y la de la Juventud Croata?
Valeria Pesa: Mis 4 abuelos nacieron en Croacia, la mayoría de los chicos que estamos acá tenemos aunque sea un abuelo que nació allá. Yo empecé a participar cuando empezaba el secundario, que es la edad en que se suele empezar a participar. Antes de eso, tenemos a partir de los 3 años, tenemos algo que se llama Mala Skola, que es dónde van los nenes más chicos a aprender croata. Entre Jardín y Primaria, ahí tomamos clases de croata. En la secundaria entramos a la juventud, y ahí sumamos además instrumentos de cuerdas y baile típico.

DA: Cuando ves las imágenes de los festejos en Croacia, ¿te gustaría estar allá? ¿Conocés el país?
VP: Sí, sí. Viajé para mis 15 años. Conozco Croacia, sí. Es muy lindo ver al país festejar, ojalá podamos estar todos allá. Tenemos un miembro del grupo allá, que se fue a pasar unos meses allá y nos manda videos o fotos. Ojalá pudieramos estar ahí disfrutando, pero además recorriendo Croacia que es hermoso, muy lindo. Las costas, las montañas, el agua calentita, transparente. Ojalá pudieramos ir de vacaciones seguido.

DA: ¿Es muy grande la comunidad croata en Argentina?
VP: Sí, y no sólo en Buenos Aires. Hay en varias provincias de la Argentina, ya que el país este es muy grande.

DA: ¿Cómo vivieron el Mundial y  en especial el duelo ante Argentina, en la zona de grupos?
VP: Nos juntamos a ver todos los partidos que se jugaron los fines de semana, durante la semana fue más complicado, ya que cada uno estudia o trabaja. Tenemos una iglesia croata en Capital, es un edificio muy grande. Arriba de todo hay una especie de comedor. Agarramos el proyector que está en la iglesia, le pedimos al Padre que nos lo preste y cruzamos un cable hasta arriba de todo y ahí pusimos la pantalla gigante. Invitamos a los más chiquitos a que vengan a verlo, compramos maquillaje artístico y nos pintamos la cara para verlo. En la semana, fue más complicado. En Argentina contra Croacia íbamos a celebrar los goles de ambos lados. Nos mandamos cosas desde los trabajos y demás.

DA: ¿Tienen alguna idea en mente para la final del domingo?
VP: Sí, si bien todavía no está definido, porque no sabemos bien cuánta gente seremos, la idea es juntarnos como los partidos anteriores, quizás en la Iglesia o en el comedor, estamos terminando de ver el detalle.

DA: Me contabas que tus abuelos son croatas, ¿Qué te transmitieron de la Guerra de los Balcanes? ¿Qué sentís aún hoy a tantos años?
VP: Cada vez que hay una fiesta patria, la conmemoramos entre todo. Nos vestimos con trajes típicos y hacemos el racconto de historia. No soy buena para la historia en general, ni la Argentina, ni la croata, pero siempre lo discutimos, está el padre que lo vivió y él nos cuenta. O los padres o amigos más grandes de nuestras familias.

DA: ¿Con qué partido sufriste más hasta acá en el Mundial?
VP: El que más sufrí fue el del fin de semana pasado (NdR: con Rusia), los partidos del fin de semana son los que más fácil se me hacía ver. Cada vez que nos íbamos a los penales nos agarraban listos para celebrar con algún gol o cuando nuestro arquero tapaba algún penal, pero el tiempo extra se sufrió mucho.

DA: ¿Alguien más grande te contó sobre el equipo de Francia 1998?
VP: Sí, tengo primos que ya en ese entonces se juntaban a ver los partidos. Miraban los partidos y me acuerdo que salieron a festejar cuando ganaron el tercer puesto, contra Alemania. De ese partido sí me contaron, pero yo era muy chiquita.  

DA: ¿Cómo es su vínculo con Croacia hoy en día? ¿Qué opinás de la presidenta?
VP: Mucho de política no sé, pero sí te digo que la presidenta de Croacia (NdR: Kolinda Grabar-Kitárovic) estuvo acá a principios de año. Nos acompañó en la Peregrinación croata a Luján. Además el gobierno croata nos da una mano en lo cultural, nos da dinero para las cosas que necesitemos, nos envía los instrumentos, que son típicos y son de allá. Nos envía una profesora de croata que le enseña a los chicos los sábdos y da clases para adultos. Croacia nos ayuda a mantener lo más viva posible la cultura croata, aunque estemos tan lejos.