(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Mucha agua corrió bajo el puente desde aquella copa que el fútbol inglés (los inventores de este deporte) ganaron como locales en 1966. Después de aquel polémico torneo, que incluyó goles "fantasma" contra Alemania en la final, el fútbol de Inglaterra jamás coqueteó nuevamente con la gloria.

Bueno, una vez estuvo cerca. El elenco que capitaneó Gary Lineker, en Italia 1990, terminó cuarto. Desde aquel momento a este 2018, Inglaterra no volvió acercarse a la Copa del Mundo. A Estados Unidos 1994 no se clasificó, en Francia 1998 se quedó en octavos con la Argentina de Daniel Passarella. En Japón-Corea 2002 lo echó el Brasil de Ronaldinho, en cuartos de final. Misma instancia a la que llegó en Alemania 2006, cuando cayó ante Portugal, por penales.

Desde ese momento, comenzó un pronunciado declive: Octavos de final en Sudáfrica 2010 (afuera contra Alemania, que lo goleó) y afuera en Primera fase de Brasil 2014, en el grupo que compartió con Costa Rica, Uruguay e Italia, y en el que los dos europeos se fueron a casa. En concreto, hace 28 años que el fútbol inglés no alcanza, ni siquiera, una semifinal. Y entre 1966 y 1990 hubo también 24 años. Muy poco para los percusores de este juego.

Bueno, en Inglaterra se cansaron de esta realidad. Más allá de la actualidad, que encuentra al elenco de Gareth Southgate con buenas chances de avanzar a las semis en su duelo de cuartos ante Suecia, hay que hablar del "England DNA" ("ADN Inglés") y de "St George's Park" para entender esta nueva ola del fútbol inglés, una ola que se empezó a cranear casi una década atrás.

Muchos se lo atribuyen al enorme avance e impacto que tiene la English Premier League en el Mundo, otros hablan de la llegada de entrenadores como Pep Guardiola al Manchester City como percusores de cambiar la manera de jugar. Nada de eso es del todo cierto. Al menos, ninguna de esas situaciones pueden arrogarse la evolución, indudable, del fútbol inglés.

St George's Park, el búnker de la nueva ola inglesa

Primero se necesitó de una decisión de las cabezas. La FA tomó cartas en el asunto, edificó en 11 años de trabajo el "St George's Park", un centro de entrenamiento de alto rendimiento, equipado con 12 canchas de césped natural y artificial, y dónde entrenan todas las selecciones, masculinas y femeninas que representan a la FA. El mismo fue pagado por la FA y Nike, la firma que provee de indumentaria a los "Three Lions".

Es sólo accesible en vehículo particular. Se encuentra a un cuarto de hora en coche de Burton-on-Trent, una localidad industrial donde viven unas 65.000 personas. Es un lugar aislado. Si hubiera que ubicarlo geográficamente, se encontraría en el centro de un cuadrado con vértices en las ciudades de Stoke-on-Trent, Nottingham, Birmingham y Leicester.

Llevó una inversión de 105 millones de libras estrerlinas y, dentro de sus 12 canchas, una es la réplica exacta de Wembley, el estadio dónde la Selección inglesa hace de local en sus compromisos internacionales. Además, el complejo, posee salas de recuperación de última generación, con hidroterapia, biomecánica y gimnasios, además de salas para análisis de video, un centro médico y un complejo hotelero, administrado por la reconocida cadena "Hilton".

Este lugar se inauguró en 2012. Dos años después, Inglaterra quedó afuera en primera ronda en Brasil 2014, pero nada hizo tambalear un proyecto que apuntaba ¿A Rusia? No, a Qatar. 

England DNA
En ese lugar, la FA decidió establecer pautas en común para todas las Selecciones juveniles. Los entrenadores todos trabajando siguiendo las mismas líneas, los mismos conceptos y promoviendo así una formación pareja de sus futbolistas, además teniendo sus oficinas una al lado de la otra, y asistiendo a los partidos de los equipos de otros. Viendo, observando, siguiendo al minuto la evolución de los jóvenes proyectos. Pero no todo es el fútbol, dentro de la formación a los chicos y chicas, también se incluye los aspectos físico, psicólogico, nutritivo y social.

Según cuenta Infobae, en una nota de octubre de 2017, esa filosofía o "ADN inglés", se apoya en cuatro pilares: el juego con pelota, el juego sin posesión, las transiciones y la flexibilidad táctica. El programa se divide en tres etapas (5-11 años, 12-16 años y 17-21 años). "Buscan construir un futbolista que se adapte a un equipo que pueda dominar la posesión de pelota, que pueda elegir el momento adecuado para progresar en el campo y penetrar al rival, con capacidad de recuperar el balón tan pronto como sea posible y recursos para reaccionar anticipadamente al peligro creado por el rival", reza un poco el manifiesto de dicho trabajo. 

¿En 2012 empezó el trabajo? En 2016 cayó la primera fruta del árbol. El 29 de mayo de ese año, la Selección de Inglaterra Sub 21 le ganó la final a su similar de Francia por 2-1 del torneo "Esperanzas de Toulon". Luego, repetiría en 2017 y 2018, comenzando a darle rodaje a algunos de los futbolistas que sueñan con superar a Suecia en cuartos de este Mundial y alcanzar la semis.

Y no fueron las únicas señales de que el camino elegido era el adecuado. En 2017, la Sub 17 inglesa ganó el Mundial, lo mismo hizo la Sub 20. La Sub 19 se consagró campeona en Europa. Todo en un puñado de años, todo gracias a un proyecto que no se dobla, ni se rompe y se respeta. Y adónde se apunta es a Qatar 2022, ahí creen que explotará la generación que cambió la manera en que el fútbol inglés de selecciones era.

Este equipo actual de Gareth Southgate (DT durante tres años de la Sub 21), luce mucho más fresco que sus antecesores, tiene en Harry Kane a su máxima estrella (en momento y edad ideal) y una generación de jóvenes jugadores que recién en Rusia están teniendo su primera experiencia mundialista, como por ejemplo el arquero Jordan Pickford, que fue elegido por Southgate en detrimento del experimentado Joe Hart, en una decisión que no fue muy entendida fuera de Inglaterra. Claro, Southgate lo tuvo en la Sub-21. Y sí, todo tiene que ver con todo. 

No sólo Pickford viene de las juveniles a este plantel actual que juega en Rusia el Mundial. También aparecen los apellidos Butland, Stones, Lingard, Loftus-Cheek, y el propio Harry Kane. Además de ellos, pasaron por la Sub21,  Henderson y Rose (en 2013).

Inglaterra ya está sembrando hace años y ahora, espera seguir cosechando los frutos. Los logros y éxitos llegaron en los juveniles y si no es en Rusia, pese a que aún están todas las opciones abiertas, puede que sea en Qatar. Y si así sucede, que nadie se sorprenda. En Inglaterra están trabajando para reinventarse. Argentina debería seguir su ejemplo, si no quiere seguir encadenando frustraciones.