(Desde Moscú, Rusia) Sufrió muchísimo… hasta se podría decir que el debut mundialista de Argentina ante el debutante Islandia fue un verdadero parto: porque además del empate que es un resultado tan inesperado como doloroso, se vio un juego deslucido del equipo de Jorge Sampaoli que en 90 minutos nunca encontró una funcionalidad para la tenencia de la pelota. Y fue empate en uno que deja muchas preocupaciones de cara a los dos encuentros restantes del grupo D frente a Croacia y Nigeria.

El planteo de Islandia fue vertical y apostando a la velocidad del contragolpe aprovechando el mejor promedio de altura, mientras que le cedió a la Argentina la tenencia de la pelota pero que encontró al menos nueve jugadores destinados a dar batalla en cada pelota.

Las bandas fueron la tentación porque Islandia invitó a la selección argentina a jugar por ahí para terminar en centros a un área donde se sentían más cómodos y en terreno fértil.

Además las primeras réplicas del conjunto europeo hicieron tambalear a una defensa argentina que no encontró un buen acople entre la última línea y los dos mediocampistas centrales de experiencia por los que apostó Jorge Sampaoli.

En este desasosiego y luego de sufrir una opción de Bjarnason que en soledad se lo erró frente al arco, apareció a los 18 minutos un remate de Marcos Rojo de rastrón que le quedó a Sergio Agüero que, de media vuelta, colocó la pelota en el ángulo de Halldorsson para explotar con su primera conquista en un Mundial.

Todo indicaba que el gol podría permitirle al equipo de Jorge Sampaoli manejar el ritmo del encuentro y encontrar un mejor funcionamiento pero en el minuto 23 una nueva desinteligencia en la defensa argentina terminó con un rebote largo de Caballero para que Finnbogarson defina en soledad ante el arco.

Desde ahí llegaron los peores minutos para la selección y donde se mostró más desorientada porque las sociedades de Messi con Meza, Salvio, Di María y Agüero no respondían, Biglia estaba perdido y los islandeses tuvieron tres situaciones claras: dos de Sigurdsson que podrían haber derivado en partir al descanso con una derrota.

En el segundo tiempo, Sampaoli no echó mano al banco y demoró diez minutos en desarmar su doble cinco para poner a Ever Banega por Biglia para buscar una sociedad con más juego y vértigo.

Pero Islandia se acomodó a su mejor versión defensiva y privó a los argentinos de poder encontrar opciones claras ante un arquero como Halldorsson que además resolvió cada vez que lo llamaron.

Faltaban ideas  y sobraba angustia cuando una pelota llovida para Maximiliano Meza en el minuto 62 encontró una falta infantil de Magnusson y le permitió a Messi ponerse de frente a Halldorsson pera un penal que transformó la tarde opaca en totalmente oscura. El remate del 10 fue desviado por el arquero islandés y la decepción argentina empapó al astro del Barcelona.

Los ingresos de Cristian Pavón y Gonzalo Higuaín fueron apuestas ofensivas que tuvieron alguna opción en dos desbordes del jugador de Boca, mientras que el actual delantero de Juventus no tuvo opción para torcer el empate del tanteador.

Fue empate y pura desolación para un equipo argentino que ahora tendrá que viajar a Nizhni Nóvgorod con urgencias para enfrentar el jueves a Croacia.