(De la redacción de DOBLE AMARILLA) “Tranquilidad que después del Mundial el camino estará allanado para el desembarco de las sociedades anónimas en el fútbol”, fue la frase que lanzó sin titubear un importante representante del Gobierno Nacional en una reunión que se realizó el viernes pasado por la tarde-noche en una quinta del oeste del Gran Buenos Aires.

Siete empresarios fueron los citados a este cónclave donde se debatieron las principales cuestiones legales, económicas y legislativas para que las empresas puedan constituir sociedades anónimas deportivas en el fútbol argentino.

Dos temas fueron los centrales en una tarde-noche que se presentó con vino y una picada elogiada por los asistentes en varias oportunidades al anfitrión. Los puntos salientes fueron las garantías jurídicas que reclaman los potenciales inversores y el debate sobre la acción de oro para los socios.

Con respecto al primer punto, los empresarios buscaron interiorizarse y mucho sobre las modificaciones jurídicas y legislativas que impulsará el Gobierno para que los inversionistas puedan explorar el mercado del fútbol argentino. La puerta a las SAD para que convivan con las sociedades sin fines de lucro actuales fue explicada por dos oradores que abrieron el abanico por todas las modificaciones que se impulsarán desde mayo hasta junio para llegar a julio con todo listo.

“Yo fui y soy empresario como ustedes y entiendo todas las preguntas pero Mauricio Macri es una persona seria y va a velar para que sus inversiones estén seguras”, afirmó un longevo exdirigente del fútbol devenido en vocero especializado del Gobierno en temas futbolísticos.

Los principales puntos de un proyecto de ley, que se mantiene bajo llave en el despacho de Nicolás Massot, y un boceto sobre ciertas normativas económicas fueron la presentación que el Gobierno preparó para estos siete interesados en invertir en el negocio del fútbol.

La otra cuestión importante que se debatió fue la acción de oro a favor de los socios de las futuras SAD. Es decir, si la normativa dejará en la masa societaria la posibilidad de vetar o habilitar cambios en ciertas cuestiones medulares de la institución.  El proyecto de ley argentino toma varios rasgos del modelo alemán, se reservan los socios la decisión final sobre cuestiones que tengan que ver con modificaciones que afecten el "patrimonio histórico”. Por ejemplo, mudar al club de ciudad, cambiarle el nombre o mudar el estadio.  “Todo va a quedar claro en las reglamentaciones y quédense tranquilos que en cuestión de inversiones y patrimonio van a poder hacer negocios”, fue la frase tranquilizadora por parte del Gobierno aunque los empresarios tienen sus dudas.

El único pedido enfático del Gobierno a los hombres de negocios fue que hagan todas las cosas como corresponde porque va a haber una lupa muy grande sobre aquellas primeras empresas que apuesten por estas SAD. 

Las reuniones prometen repetirse en febrero y marzo con otros potenciales inversionistas para allanar el camino para el segundo semestre cuando el Ejecutivo espera el gran boom de las sociedades anónimas deportivas.