“Montaron un operativo violando la propiedad privada para maquillar el fracaso en la lucha contra los barras y sus jefes los narcos. El resultado no sólo los dejó como ridículos, sino que mostró que estaba todo armado”. La reflexión pertenece a un relevante miembro de la justicia santafecina que cuestiona así el rimbombante operativo llevado a cabo el martes en el estadio Marcelo Bielsa en el que la policía demolió el ingreso a una sala donde barras guardaban banderas y bombos.

Efectivos del Grupo de Operaciones Tácticas (GOT), de Seguridad Rural Los Pumas y de la Policía de Acción Táctica (PAT) llegaron sin aviso previo al Coloso con un importante despliegue. Ante los ojos de algunos dirigentes presentes en el club, demolieron el ingreso al “búnker”. Primero dejaron trascender que ese cuarto “blindado”, al que sólo tenían acceso los barras, era el lugar de guardado de un arsenal de armas de los violentos. Sin embargo, en el allanamiento sólo se encontraron trapos y otros elementos de cancha.

Más allá de la gravedad de que en un estadio haya refugios a los que sólo pueden acceder los violentos, lo que llamó la atención en Rosario fue la puesta en escena de un operativo que se llevaba a cabo en momentos en que el gobernador Perotti mantenía una trascendente reunión con el ministro de Seguridad Aníbal Fernández, quien iba a anunciar el envío de fuerzas federales a la provincia justamente por el fracaso del ministerio de Seguridad santafecino en la lucha contra el narcotráfico, cuyos jefes son también quienes manejan las barras de Newell’s y Rosario Central.

Lo primero que llamó la atención fue cómo se perpetró el megaoperativo. Hay que contextualizar. Hace poco más de una semana, Ignacio Astore, asumió como presidente de Newell’s tras ganar de manera contundente los comicios. Desde el primer día, la nueva dirigencia se puso a disposición de las autoridades. De hecho, se les hizo una serie de pedidos que los dirigentes resolvieron rápidamente. Sin embargo, el martes los efectivos ingresaron al club sin ninguna orden judicial y con la sola venia del Subsecretario provincial de Seguridad Preventiva, Diego Llumá. Tampoco avisaron a la dirigencia rojinegra, curiosamente algo que sí ocurrió horas más cuando el mismo Llumá se trasladó con su comitiva al estadio de Rosario Central para notificar de una serie de medidas que deberá tomar el club de cara a la vuelta del público a los estadios. En ese caso, dio aviso previamente al presidente Rodolfo Di Pollina.

Horas más tarde, empezaron los ecos de un operativo que terminó con sabor a poco. Ecos que llegaron hasta altos miembros de la justicia santafecina quienes cuestionaron duramente el procedimiento hecho sin ninguna autorización judicial. Es mas, algunos de ellos le sugirieron a las autoridades del club hacer una denuncia contra el ministerio por violentar la propiedad privada y por abuso de autoridad. “El club no está ordenado para nada, esta (por la barra) es una de las cosas. Con Llumá hablamos y vamos a colaborar. No es normal que haya puertas cerradas sin ingresos, pero lo deben hacer con una orden de allanamiento porque sino me estás violentado la propiedad privada”, dijo Astore en declaraciones a medios locales.

Operativo en Newell’s: ¿redada antibarra o puesta en escena de la Seguridad de Santa Fe?

Tufillo a montaje

Tras el procedimiento, desde el ministerio se encargaron de difundir imágenes e instalar en medios nacionales que ese espacio blindado con varios candados y alarmas, en realidad, era un aguantadero. Inclusive varios medios comunicaron que era un espacio en el que los violentos escondían su arsenal de guerra. Pero el resultado fue otro.

En Rosario quedó la sensación que el operativo fue una respuesta local a la reunión que se llevaba adelante en ese instante en la Ciudad de Buenos Aires entre Fernández y Perotti. En ese momento, el flamante ministro de Seguridad le comunicaba el plan que había diseñado para su provincia un ex miembro del gabinete de Perotti, Marcelo Saín. Es por eso que muchos tomaron ese operativo como un puesta en escena para mostrar acción de un ministerio y una policía que viene fracasando rotundamente en la lucha contra los narcos y los barras.

Horas más tarde, el mismo Saín iba a ser lapidario con la policía local al ser consultado sobre el operativo en Newell’s. “Tiene que haber un acuerdo más político para abordar estos temas. El tema barra fue un tema obviado por la política. Acá hubo un estado bobo por acción u omisión. La policía de Santa Fe perdió la calle hace tiempo. No controla la calle”, remarcó entrevistado por Jorge Rial en Radio 10.

Tras el operativo quedan algunas preguntas sobrevolando el Parque Independencia. ¿Sabía desde hace tiempo el ministerio de la existencia de un espacio al que sólo podían acceder los barras? ¿Por qué no actuó antes?, ¿con el operativo se intentó mandar un mensaje a Buenos Aires?