(De la redacción de DOBLE AMARILLA) Vieja dicotomía argentina: Maradona, jugador único e irrepetible, pero con aspiraciones en el mundo del fútbol para las que no está capacitado. Diego insiste y amenaza porque tiene dos objetivos claros: volver a la Selección (entrenador o manager) y ocupar espacios en la política del fútbol ya se AFA, Superliga o Boca.

En una extensa entrevista con Diario Popular, Maradona volvió a ametrallar para todos lados. Por un lado la ligaron Jorge Sampaoli, Lucas Biglia, Mauro Icardi, Angel Di María y hasta Leo Ponzio. Pero las balas no pararon y fueron para la política también. Una ráfaga alcanzó a la AFA, Superliga, Chiqui Tapia, Marcelo Tinelli, Nicolás Russo y Victor Blanco. El único que se salvó y que fue centro de elogio: el Tano Angelici a quien llamó “el Jefe".

"La AFA es un desastre y la realidad es que hoy no le consultan nada a nadie, a ninguno de los que hicimos mucho por el fútbol argentino. Solo les interesa hablar con Macri, disparó. Y siguió: "Chiqui Tapia me traicionó, clarito...Pero no solo él me decepcionó, sino también el de Lanús (Nicolás Russo) y Víctor Blanco. También hubo para Tinelli y la Superliga. "Este campeonato argentino de 30 equipos es una payasada. No puede organizar un partido homenaje y quiere armar esta payasada. Pero este es el resultado de haber escuchado a Tinelli, el fue quien rompió las bolas para que siga esto, con el famoso negocio de la televisación, otra estafa”, remató.

El Diez busca espacios que le son esquivos, pero ¿los merece?. Sueña con una nueva chance en la Selección tras el decepcionante desenlace en el Mundial de Sudáfrica con paliza de Alemania incluida. Su llegada al banquillo de la nacional fue una cuestión política. Casado en ese momento con el kinrchnerismo, Grondona encontró en Maradona una excusa perfecta para mantener su alianza millonaria por el Fútbol Para Todos. Ahora, Diego quiere que la política lo deposite nuevamente en ese cargo o le abra espacios en la misma arena política para ganar poder en el fútbol.

Sin embargo, desde la dirigencia futbolística lo esquivan o no le dan espacio. Maradona pide constantemente. Uno de sus últimas solicitudes fue que no destierren de la Selección al boquense Juan Carlos Crespi. Pese al hartazgo que los jugadores nacionales tienen con el dirigente, pidió por él. Primó la cordura y el bienestar del vestuario de la albiceleste y Crespi quedó afuera. Tampoco nadie recogió el guante cuando Riestra, gerenciada por su amigo Victor Stinfale, se enfrentaba ante una inminente sanción tras el bochorno ante Comunicaciones. Los llamados desde Dubai eran incesantes, pero inútiles. El Tribual de Disciplina le dio una severa sanción a Riestra, aunque luego Apelaciones la redujo. En esa ocasión, el Diez hasta amenazó con pedir que interceda el mismo presidente de FIFA, Gianni Infantino.

En Superliga tampoco tiene lugar. Reitera Maradona que el espacio que nuclea a la Primera es un capricho de Marcelo Tinelli, de quien se distanció para poder pararse más cómodo al lado de Daniel Angelici. Al Tano, dicen en Boca, lo elogia por conveniencia porque Diego quiere desembarcar en el club. La relación con el Tano va y viene. El presidente aprovecha los dardos de Maradona con sus rivales, pero no le da espacio en el club ni se lo va a dar. Te crees que es loco?, relata un dirigente importante y con recorrido diario en Casa Amarilla. Diego sueña con un lugar acá, pero todos saben que es incontrolable. Entonces lo van llevando de manera inteligente con algunas promesas o concesiones menores, admite la fuente. 

Su bronca no es sólo con Tapia y Tinelli, el Diez disparó a Russo y Blanco y dijo que lo decepcionaron. ¿Por qué? Desde el entorno de ambos, recuerdan que en mayo del año pasado que los mandatarios de Lanús y Racing viajaron a Dubai junto al presidente de AFA y a Daniel Angelici. Maradona los recibió en su mansión de la isla Palm Jumeirah. Almorzaron comida típica rebajada con algunos vinos argentinos. La charla duró tres horas. Cuando se despedían, Maradona les balbuceó: “acuérdense que quiero la Selección”. Se hizo un silencio y los cuatro dirigentes desaparecieron de inmediato. Ya habían escuchado en la cena la delirante idea de cambiar su mansión del emirato por vivir en el predio de Ezeiza. La sensación que dejó a todos fue que el ex astro no tiene salud física ni psicológica para afrontar esos desafíos.

Los dirigentes tienen una espina clavada. Siempre recuerdan la entrada de Maradona a la AFA amenazando con una intervención de FIFA. En momentos que se encaminaba hacia una elección y normalización, Diego entraba a Viamonte con un bidón de nafta par apagar el fuego. Muchos creen que intentó boicotear las elecciones y los acuerdos para hacerse él con el sillón de Grondona.

Idas y vueltas, críticas y alianzas efímeras, Maradona insiste e intenta mostrar el ancho de espadas que cree que le da su amistad con Gianni Infantino pero no hace pie en la rosca política de la redonda.