El viernes pasado se dio un cimbronazo en el fútbol argentino. En una reunión que fue en parte presencial y en parte virtual, la amplia mayoría de los clubes de la Liga Profesional decidieron romper la mitad del convenio de los derechos audiovisuales ¿La razón? Consideran que las empresas ESPN/Fox incurrieron en “graves incumplimientos” contractuales. Salvo River, Boca y Estudiantes, que se ausentaron, y Talleres, que pidió debatir más la medida, las otras 20 instituciones optaron por poner fin al vínculo al interpretar que Disney jamás los notificó de la fusión de hecho entre ESPN y Fox Sports, lo que viola cláusulas del contrato que obligan a las firmantes a dar a conocer fehacientemente quiénes son sus controlantes. 

El trasfondo de la ruptura tiene que ver con los beneficios del actual contrato. Tal como lo viene contando Doble Amarilla desde hace años, el convenio es más beneficioso para las empresas de TV que para los clubes de fútbol, lo que representa un sinsentido porque las instituciones son las verdaderas dueños de los derechos. Durante mucho tiempo, los directivos de Fox Sports ningunearon sistemáticamente a los clubes y hasta practicaron un discurso de desprecio para con los dirigentes, a quienes solían acusar de insaciables. Cuando Disney compra Fox y la gerencia de ESPN toma control de Fox Sports, el vínculo no sólo no mejoró, sino que empeoró. Allí entraron en escena dos nuevos actores: el presidente de Disney Latam, Diego Lerner, y el manager de Media Networks regional, Guillermo Tabanera.

Lerner y Tabanera son dos hombres con relaciones políticas, pero con poca experiencia en la negociación política. Es por eso que tanto puertas adentro de Disney como en el ámbito político los apuntan por una serie de errores que ponen en riesgo los negocios de la multinacional en  Argentina.

Disney tiene hoy dos problemas en el país, aunque uno lleva al otro. Por un lado, el Gobierno (tal como pasó en otras partes del continente) no le aprueba la fusión. La Comisión Nacional de Defensa de la Competencia ya emitió un dictamen que recomienda rechazar la operación por considerar que podría incurrir en acciones monopólicas. De hecho, uno de los puntos en los que pone el ojo es justamente la cantidad de derechos de explotación adquiridos entre ESPN y Fox Sports. Lo que entiende la CNDC es que esta fusión tiene "la potencialidad de distorsionar la competencia" en el mercado y generar "una concentración de señales deportivas". A grandes rasgos, temen que ESPN se convierta en un monopolio y no dé lugar al posicionamiento de diversos actores. Justamente, este rechazo gubernamental es uno de los argumentos técnicos del fútbol para romper el vínculo por los derechos audiovisuales.

Perdiendo la línea 

Diego Lerner está en la empresa estadounidense desde 1990 y pasó por varios cargos. Desde 2018 es presidente de Walt Disney Company Latam. Hasta ese momento, nunca había tenido bajo su órbita la conducción de la señal deportiva ESPN. A Lerner le tocó liderar el proceso complejo de fusión. Una tarea ardua puertas adentro de la compañía y también hacia afuera, con la misión de convencer a las autoridades regulatorias de distintos países de que la maniobra no tiene rasgos monopólicos. Pero... Lerner nunca pensó que en Argentina le iba a ser tan difícil, menos con su amigo Mauricio Macri como primer mandatario.

La relación de Lerner con Macri viene de larga data. En los últimos años, ese vínculo fue público por dos momentos muy polémicos del ex presidente. El 17 de noviembre de 2018 era un día de tristeza para Argentina. Por la mañana, el entonces presidente había decretado 3 días de duelo nacional luego del hallazgo de los restos del ARA San Juan y de que se diera oficialmente por fallecidos a los 44 tripulantes del submarino. Esa misma noche, Lerner había organizado una Fiesta con motivo doble. Por un lado, la inauguración de su emprendimiento premium Haras El Dok, un club de Polo en Exaltación de Cruz con un centro de convenciones y eventos. Sin embargo, el real motivo fue la celebración de los 90 años de Disney. A los pocos días se filtró un video de Macri, junto a Lerner, bailando al ritmo de Tini Stoessel, cuando horas antes había decretado el luto en todo el país.

Al año siguiente, fue Lerner el encargado de hacer una especie de despedida del poder a Mauricio Macri. La sede fue justamente en Haras El Dok y asistieron las más variadas espadas del macrismo. Sucedió a principios de diciembre de 2019, cuando Argentina ya estaba sumida en una durísima crisis con una economía en recesión y datos de pobreza y empleo durísimos. Ese día se lo vio al Jefe de Estado bailando y cantando junto al presidente de Disney la canción “Don´t Stop me now”, de Queen, su banda favorita. Dicen que hasta ese noche, Macri le había jurado a Lerner que no iba a dejar el poder sin aprobar la fusión entre ESPN y Fox Sports. Días después le entregaría el bastón de mando a Alberto Fernández sin cumplirle la promesa a su amigo.

Cuando Lerner tomó el control sobre la gerencia de Fox Sports, se registró un hecho que muchos recuerdan y que marcó cómo iba a ser su relación con el mundo del fútbol. El mandamás de Disney dejó claro que sólo iba a tener un interlocutor con la dirigencia del balompié nacional. En lugar de reunirse con el presidente de la Superliga, Mariano Elizondo, o con el presidente de la AFA, Claudio Tapia, el primer cara a cara que hizo Lerner fue con Daniel Angelici, el hombre de Macri en este deporte. 

Como todo ejecutivo de multinacional, Lerner se cuidó de no hacer evidente su relación con Angelici-Macri en la pantalla, pero tampoco toleró cuando desde sus canales algún periodista fustigó al Tano. Hubo un episodio clave, imposible de ignorar. Juan Román Riquelme, de gran relación con Sebastián Vignolo, anunció en el programa del “Pollo” su alianza con Ameal para competir en las elecciones xeneizes ante Christian Gribaudo, el candidato del angelicismo y el macrismo. Lo hizo en una entrevista en la que tiró munición gruesa contra Angelici, cuando horas antes había coqueteado con cerrar filas con el oficialismo. Furioso, el Tano levantó el teléfono y le pidió a Lerner ir al programa de Vignolo que se emitiría por la tarde. La entrevista fue excesivamente tensa en cámara, pero lo peor sucedió fuera de aire, al punto que muchos cuentan que el mandamás boquense y el periodista casi se van a las manos. Y la cosa no quedó ahí. A los pocos días, Riquelme pidió ir al programa de Vignolo para contestarle a Angelici, quien lo había acusado de cobrar dinero para integrar la fórmula junto a Ameal y Pergolini. Sin embargo, desde la gerencia del canal le negaron la participación. “Este no es el canal de Riquelme. No vamos a ser su plataforma de campaña”, le advirtieron a Vignolo, que quedó mascullando bronca y entendió que Lerner y Tabanera protegían a Angelici.

En Pilar, donde está el búnker de Disney, desde hace unos meses que venían asumiendo que podían perder el fútbol. Internamente, saben que haber hecho la fusión casi de prepo acarreaba un alto riesgo y alto costo para con el Gobierno y con el fútbol. Primero, ensayaron una serie de críticas hacia la dirigencia desde la pantalla, pero desde hace un mes intentaron negociar por dos caminos. Por un lado, le pidieron a Rodolfo D’Onofrio, de gran relación con Lerner, que acercara una propuesta de una mejora financiera del contrato del fútbol ¿Qué proponían? Adelantar pagos a cuenta de una extensión del contrato. La oferta, tentadora para clubes complicados en sus arcas como River, hizo recordar a las épocas de la AFA en las cuales se adelantaban pagos de derechos de TV para que los presidentes taparan agujeros financieros, pero hipotecando el futuro de sus sucesores. Curiosamente, quien llevaba en bandeja el ofrecimiento es un presidente que el año próximo deja su mandato y ya no podrá ser reelecto. 

Por otro lado, Guillermo Tabanera, envió mensajes al fútbol poniendo a disposición las cabezas de algunos periodistas que “se habían excedido en sus críticas”. Esto cayó aún peor en el fútbol y fue leído como una extorsión. Tabanera es un directivo que ya era mal visto en el ambiente de la redonda por haber quedado enlodado en el FIFA GATE dada su estrecha relación con Full Play y la familia Jinkis.

Ya desde hace una semana, Lerner y Tabanera conocían que se avecinaba la ruptura, pero pensaban que ocurriría más adelante. La decisión mayoritaria de los clubes, tomada en la previa del sorteo de la Copa de la Liga, los dejó con la boca abierta. En ese momento comenzó el operativo “defendamos lo nuestro”. El fin de semana se habló con las figuras periodísticas del canal para empezar a editorializar la pantalla. Incluso se les pasó un punteo cual machete. En un giro inédito, la “blanca” pantalla de ESPN empezó a teñirse de negro. 

Históricamente, ESPN se caracterizó por evitar la politización de su contenido. Las últimas veces que se apartó de ese modus operandi, lo pagó caro. En 2017, una presentadora (quizás con razón) llamó a Donald Trump “supremacista blanco”. A las horas, el presidente norteamericano se despachó con una serie de twits contra la cadena. Esa semana, millones de televidentes iniciaron un boicot argumentando que no querían un mensaje politizado y sesgado en las trasmisiones.

Paso en falso y recurso macrista

En Argentina, Lerner y Tabanera, furiosos, montaron un operativo para intentar recuperar los derechos y rompieron con toda la armonía que emanaba desde la la pantalla de ESPN. “Hay que hacer terrorismo. No podemos dejar que nos aprieten los impresentables de los dirigentes”, arengaba durante el fin de semana un estratega de la defensa con varias batallas en el lomo. La decisión de intentar no quedarse afuera del negocio del fútbol local fue compartida por la mayoría de las figuras del canal, quienes temen que de lo contrario empiecen a prescindir de ellos. Sin embargo, no todos estaban conformes con el método y algunos periodistas están asustados.

“Esto no tiene nada que ver con el ESPN que veníamos haciendo históricamente. En este canal no había gritos, peleas entre los conductores, ni operaciones políticas. Esto es berreta. Ojo que no arrancó este fin de semana este giro... Ya con la fusión empezaron a querer unir piezas que no van juntas”, reflexiona off the récord un periodista que es marca en el canal y que está atónito ante la perdida de rumbo.

Una de las movidas de Lerner para dar batalla fue echar mano a uno de los periodistas más relacionados con el macrismo: Fernando Niembro. Su contratación ya efectiva para “la mesa de los lunes” pasó desapercibida para el fútbol porque su peso específico es casi nulo y no mueve la aguja en la opinión popular, pero no para el gobierno nacional. “¿La estrategia de Disney para que le aprueben la fusión es contratar a Niembro para que hable de seguridad jurídica y que quiera meter al gobierno en una decisión que es de los clubes?. Van por muy mal camino”, sentenció una alta fuente del gabinete ante este medio. “Lo que tiene que hacer Disney es no montar una fusión prepoteando cuando sabe muy bien que hay dictámenes que muestran que hay riesgo de monopolio. Tiene que hacer lo mismo que hizo en países como México y Brasil: adecuarse a las reglas, ni más ni menos”, agregó.

Según pudo saber Doble Amarilla, en las últimas horas hubo contactos entre la cúpula del fútbol y el Gobierno argentino. Desde el Ejecutivo entendieron que la decisión de los dirigentes se basa en recomendaciones de especialistas ante el incumplimiento de un contrato, y que todo apunta a que se dará una nueva negociación para que se generen más ingresos para los clubes. En Olivos ya no están preocupados por la empresa privada que va a trasmitir el fútbol. Tampoco sueñan con un nuevo Fútbol para Todos. Sólo quieren que, de alguna manera, el fútbol no sea tan premium ¿La fórmula? Que la TV Pública transmita 2 o 3 partidos por fecha es una de las alternativas, aunque hay otras opciones sobre la mesa.

Las mismas fuentes le aseguraron a este medio que la Secretaría de Comercio Interior va a seguir la recomendación de la CNDC y rechazará la operación de Disney en el país. Esto significaría una doble derrota para la dupla Lerner-Tabanera, quienes, por ahora, aseguran que seguirán con la guerra mediática y evalúan llevar el conflicto al siguiente nivel: llevar la pelea a Estados Unidos.