Uno de los temas más impotantes del 71º Congreso de la FIFA, que iba a celebrarse en Tokio y que finalmente comenzó este viernes en formato de videoconferencia, fue aprobar el estudio de la propuesta para disputar los Mundiales, que se disputa cada cuatro años desde 1930 en categoría masculina y desde 1991 en femenina, cada dos.

El simple hecho de hacer “un estudio sobre la posibilidad y las consecuencias de la organización” del Mundial masculino y femenino “cada dos años”, genera un cimbronazo a nivel mundial tras la propuesta de la Federación de Arabia Saudita presidida por Yasser Al Misehal.

Desde Zúrich señalan que ponerlo en deliberación o estudio puede ser una forma de incluirlo en análisis aunque hay cierto escepticismo en la posibilidad que realmente pueda implementarse, según pudo constatar Doble Amarilla con fuentes del máximo organismo mundial.

El 3 de marzo, el francés Arsene Wenger, leyenda del Arsenal y actual director de desarrollo de la FIFA, habló en una entrevista con el diario francés Le Parisien de la posibilidad de “organizar cada dos años” la copa del Mundo, la Eurocopa, la Copa América y el resto de competiciones continentales, “deteniendo el resto”.

Calificada por “irreal” por la Asociación de Ligas Europeas, que agrupa a una treintena de campeonatos del continente, la idea figura en un informe entregado la semana pasada por Wenger, que recomendó el sábado “dedicar cada final de año a una gran competición”.

Una reforma del calendario de este nivel golpearía a los partidos amistosos y reorganizaría las fases de clasificación.

El impacto económico también es incierto. “Atención al riesgo de convertir al producto en menos especial, por lo que menos prestigioso”, señaló a la agencia AFP Raffaele Poli, responsable del observatorio de futbol CIES, en Neuchatel.

Como ocurre a menudo, Infantino cultiva el misterio sobre sus intenciones. A finales de marzo aseguraba estar abierto “a todo” sobre el calendario internacional más allá de 2024 y a principios de mayo prometió “conversaciones interesantes” sobre las propuestas de Wenger.

Su prioridad es mantener el espacio para su Mundial de Clubes ampliado a 24 equipos, proyecto aplazado por la pandemia, combatido desde sus inicios por la UEFA y la Conmebol, y que permitiría a la FIFA reforzar su posición en el lucrativo mundo del futbol de clubes.