(De la redacción de DOBLE AMARILLA) Ni la pandemia mata la rosca. Si bien hace un mes se logro la “Pax AFA”, que incluyó el certificado de defunción de la SAF y una nueva conducción en Viamonte hasta con Rodolfo D’Onofrio en una de las vicepresidencias, algunos dirigentes quedaron heridos y lo hacen saber. Uno de ellos es Andrés Fassi, hoy el presidente más mirado de reojo por sus pares del fútbol argentino. Cosecha amores y odios, pero últimamente en la canastilla reinan los desamores.

"Estamos cansados de Fassi. Su discurso antidirigente, su altanería. Fue responsable del fracaso de la Superliga. Levanta el dedo acusador, pero cuando tiene que pedir una ventaja, la pide", dice un dirigente que compartió más de una reunión con Rodrígo Escribano, su enviado en la mesa directiva de Superliga, y que promete hablarlo cara a cara cuando la pandemia lo permita. No son pocos los hombres del fútbol que empezaron a expresar cierto hartazgo con la pirotecnia del cordobés. 

En las últimas horas, Fassi bramó ante la posibilidad de que se incremente la cantidad de equipos de Primera División y que se suspendan los descensos y adjudicó esas ideas a que se quiere tapar el descontrol financiero de los clubes. "Si en cinco años se organiza un torneo con Fair Play financiero, donde hay consecuencias para quienes no cumplen, estaremos más cerca. Es fundamental si queremos que el fútbol argentino avance. Si no quieren que lo diga, que se saquen las caretas, que digan que quieren seguir en este fútbol donde entran 100, gasto 300 y después veo como me arreglo", disparó en TyC Sports. Las palabras del cordobés quedaron repicando toda la tarde del lunes y muchos dirigentes mascullan bronca. Hoy la Superliga suspendió temporalmente el control financiero debido a la pandemia. Hay que decir que tampoco el fair play financiero que se aplica en Argentina es para vanagloriarse, dista mucho de lo que ocurre en las ligas europeas donde se trabaja con un montón de variables que aquí no se tienen en cuenta, algo que siempre se les advirtió a los dirigentes de mes de Superliga desde ligas como la española. 

Por ese lado también vino la primera respuesta. "Fassi no puede hablar de fair play financiero. Su modelo social en Talleres es polémico y con reglas claras no podría estar al frente del club. A veces no se entiende si habla como vicepresidente de Pachuca o como presidente de Talleres", le apuntaló uno de sus pares ante Doble Amarilla. La relación entre Talleres y Pachuca ya trajo polémica entre los hinchas en 2015 cuando el escudo de la T apareció en la web oficial del club mexicano. Ahí se incluía a Talleres entre los negocios del poderosos grupo empresario como si fueran "los dueños".

Fassi es impulsor de las sociedades anónimas en el fútbol, aunque siempre aclaró que "Argentina aún no está preparada culturalmente para las SAD". Fue el dirigente más admirado por Mauricio Macri, aunque el cordobés jura no tener un vínculo personal. Macri lo vio siempre como el hombre ideal para estar al frente de AFA o Superliga. Dirigentes que integraban la vieja mesa directiva de Superliga aseguran que por presión del propio expresidente de la Nación, Talleres fue incluido como miembro adjunto de esa mesa. Es más, según el diario Perfil, Fassi fue sondeado en 2018 para ser parte de las listas de Cambiemos en la provincia mediterránea. 

"El que tiene que estar en Primera que esté en Primera, el que tiene que estar en el ascenso que esté en el ascenso, el que tiene que desaparecer, que desaparezca", esa frase fue la que más ruido hizo el lunes entre sus pares. Un dirigente con largo caminar por las oficinas Viamonte no se olvida de la relación Fassi-Macri y entiende que busca algo más. "Es el resabio del macrismo en el fútbol. No entiende de pandemias, de nada. Para él si un club tiene que desaparecer, no pasa nada. Fue cómplice de Macri cuando asfixió al fútbol violentamente en sus primeros meses de mandato", recuerda del otro lado del teléfono. 

La cruzada de Fassi mezcla muchas aristas. Contrapone el "modelo dirigente" contra el "modelo de gerentes", el de "sociedades anónimas" contra el de "asociaciones civiles”"y ahora suma una nueva dicotomía de estricta actualidad en la realidad argentina: sanitarismo vs economía. "El fútbol argentino no puede estar parado tres meses, los jugadores tienen que volver a entrenar urgentemente. Armamos un protocolo viendo lo que están haciendo en Alemania. Tengo mucha fe por las excelentes determinaciones que tomó el gobierno, soy optimista que no vamos a llegar a las dimensiones que llego en otros países, pero la rueda tiene que empezar a moverse o vamos a tener un problema económico muchísimo mayor. Hay que buscar un equilibrio entre la salud y la economía", lanzó el presidente de Talleres. 

Por supuesto no es el único preocupado por la economía, pero sí el que más impulsa la vuelta del fútbol. Fassi no quiere ni oír hablar de las predicciones que manejan la mayoría de los presidentes del fútbol argentino que es que, con suerte, la pelota podría volver a rodar a fines de septiembre. Serían casi seis meses sin actividad. El problema es que ese cálculo no lo hacen los dirigentes, es el Gobierno Nacional el que entiende que ese es el panorama. En AFA respetan a rajatabla esa mirada sanitarista que aún tiene el Gobierno con todas las industrias, mientas trabajan en un mega paquete para mitigar el impacto de una pandemia que ya se sabe que dejará secuelas por años. "Se cree Dios Fassi, ¿él determina que no es riesgoso jugar? Creo que su mensaje es más político y va más allá del fútbol", disparan desde Viamonte.

El jueves de la semana pasada, Fassi envió un mensaje de dos minutos y medio al grupo de whatsapp de presidentes de la Liga. Inmediatamente adjuntó un pdf con el protocolo completo para la vuelta a los entrenamientos que desarrolló Talleres. Los dirigentes ya se habían enterado por los medios antes que el propio Fassi se los envíe. Algunos les agradecieron y otros empezaron a hablar de oportunismo. Hay quienes le apuntan de que ese protocolo lo armó junto con la tv, que es la que más empuja la rápida vuelta del fútbol. Que se corte solo en esas charlas, tampoco cayó nada bien. 

Rápidamente el mismo gobierno cordobés cruzó a Fassi. "Hablé con la gente de Talleres y me manifestaron la posibilidad de entrenar, yo le dije que era muy difícil. Por ahora es un inconveniente, en el corto plazo me parece que no es viable", dijo Héctor “Pichi” Campana, presidente de la Agencia Córdoba Deportes.

"Podemos jugar a puertas cerradas pero después los jugadores tienen una vida. Yo que sé que hacen los jugadores, no se le pueden hacer análisis antes de cada partido… Seguramente va haber presiones porque la economía está complicada, pero se irá acomodando si dios quiere a medida que pase el tiempo", lanzó Campana en Radio Mitre.

¿Coherencia, planteo genuino u oportunismo político? Lo cierto es que en poco tiempo Fassi quedó asilado. Desde lo discursivo, algunos dirigentes acompañarán parte de sus dichos, pero políticamente hoy quedó como una isla dentro del fútbol argentino.