Gustavo Gómez, titular de la Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte, fue despedido de su cargo tras el escándalo por la Copa Argentina que lo tuvo como principal protagonista. 

El funcionario fue quién decidió que el partido entre Tigre y Los Andes se jugara sin público en la cancha de Deportivo Morón. Una resolución que no iba en línea con lo conversado entre Sergio Berni, Ministro de Seguridad de la Provincia y los presidente de ambas instituciones en la previa del duelo que debía disputarse en la cancha de Lanús.

Sin embargo, durante el martes, el Intendente de ese municipio, Néstor Grindetti, consideró que el partido no podía disputarse con público, alegando cuestiones técnicas de seguridad muy floja de papeles y sin sustento.

Cabe recordar que Racing y Boca jugaron en el mismo estadio hace poco más de diez días la semifinal de la Copa de la Liga con ambos públicos presentes. Esto despertó miles de críticas de hinchas y de vecinos de Lanús que se enfrentaron por las redes con Diego Kravetz, secretario de Seguridad del municipio.

Ante esta queja desde la organización de la Copa Argentina decidieron mudar el encuentro al Estadio Francisco Urbano, con público de ambas parcialidades tal y como estaba pactado pero APREVIDE decidió que se jugará sin simpatizantes. 

Esta decisión de Sergio Berni y Gómez, molestó a los clubes y sobre todo cayó muy mal en dos hombres fuertes de la política y de la Provincia de Buenos Aires. Martín Insaurralde, ex intendente de Lomas y Jefe de Gobierno de la Provincia y Sergio Massa, ex Presidente de Tigre y la máxima autoridad de la Cámara de Diputados de la Nación. 

He hizo que Los Andes, un club identificado claramente con el Municipio que comandaba Insaurralde no se presentara a jugar exponiéndose a graves sanciones por parte del Tribunal de Disciplina de AFA.