En la tarde de ayer y a poco más de 24 horas para el duelo entre Los Andes y Tigre a disputarse en la cancha de Lanús por Copa Argentina, El intendente de Lanús, Néstor Grindetti expresó su desacuerdo para que el duelo no se juegue allí y mostró la doble vara del municipio.

Cabe recordar que Racing y Boca jugaron en el mismo estadio hace poco más de diez días la semifinal de la Copa de la Liga con ambos públicos presentes. Esto despertó miles de críticas de hinchas y de vecinos de Lanús que se enfrentaron con Diego Kravetz, Ministro de Seguridad del municipio, en redes sociales por la decisión del intendente.

Mientras tanto, Sergio Berni, Ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, dialogó con los presidentes tanto de Tigre como de Los Andes prometiendoles que “el operativo está garantizado”. Sin embargo, el titular de la Aprevide, Gustavo Gómez, y la propia Policía de la Provincia de Buenos Aires se negaron a que el partido se juegue con público.

Esto sin tener en cuenta que las entradas para estar en la cancha de Lanús ya se habían puesto a la venta. Esto generó la bronca de ambos clubes que mantuvieron negociaciones con la organización y los funcionarios hasta altas horas de la noche tratando de revertir la inentendible decisión de las autoridades de la provincia de Buenos Aires.

La organización del torneo, atenta a esta ida y vuelta de la política, decidió mudar el encuentro a la cancha de Deportivo Morón, con público tal y como estaba estipulado desde un principio. Sin embargo y ante la falta de respuestas claras y dilaciones por parte de la Aprevide advirtió que el partido se jugaría sin la presencia de hinchas de ambos equipos.

Ante esta situación, el Presidente del equipo de Lomas en diálogo con Doble Amarilla amenazó con no presentar a su equipo a menos que el partido se juegue con público. Si esto finalmente sucede, el reglamento de AFA para esta competencia indica que, Los Andes quedaría inmediatamente desclasificado.

La novela sigue y otra vez, la política inentendiblemente mete la cola para perjudicar al torneo más federal del fútbol argentino.