(De la redacción de DOBLE AMARILLA) Tal y como contó, en exclusiva, "Doble Amarilla" en la jornada de ayer, luego de un 2019 que tuvo a las ciudades de Santiago y Asunción como sedes, ahora le toca el turno a la Argentina y Brasil.

El organismo rector del fútbol sudamericano anunció, tal y como adelantó este portal en el mediodía de ayer, que la Copa Libertadores de América se definirá en el mítico estadio Maracaná, en Río de Janeiro el 21 de noviembre de 2020 y la Copa Sudamericana se dirimirá en el Mario Alberto Kempes, el estadio mundialista de Córdoba, el 7 de noviembre del próximo año.

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La decisión que se tomó en las últimas horas, pocos días después que una misión de CONMEBOL inspeccionara tanto el Kempes como el Estadio Único de la Plata. Ambos escenarios habían pasado la inspección, pero el cordobés venció al escenario bonaerense.

¿Gesto?

Conmebol ya había definido la semana pasada que luego de una primera versión de encuentros decisivos lejos de Argentina y Brasil, se premiaría salomónica a las dos potencias del continente.

En un principio, Conmebol pretendía tener un puente con Lima, ya que este año Perú perdió la sede del Mundial Sub 17 a manos de Brasil y también tener un guiño para la nueva conducción de la AUF. Y nadie se animaba a descartar a Brasil como sede. Sin embargo, la entidad dirigida por Alejandro Domínguez decidió que finalmente la sede sea Argentina. 

La elección de un estadio argentino no deja de ser un cierto gesto de distensión entre Domínguez y Claudio Tapia tras el duro cruce por los arbitrajes y la organización de la Copa América, que le terminó costando a Tapia su puesto en FIFA.

Con esta elección, el estadio Kempes tendrá una exposición internacional garantizada para el año próximo, además de ser una de las sedes confirmadas para la Copa América que AFA co-organizará con Colombia, que también marcará otro vínculo de Conmebol con el fútbol argentino.