Un juez de Bélgica le hizo un planteo al tribunal de la Unión Europea en Luxemburgo que podría revolucionar el fútbol europeo para siempre. Solicitó que se investigue si la ley "Homegrown players", que obliga a los clubes a tener un número mínimo de futbolistas surgidos por las divisiones inferiores, cumple con la libre circulación de las leyes laborales y de competencia europea.

Se trata de un proceso que inició en 2020 el club Royal Antwerp y su entonces representado, el internacional israelí Lior Refaelov. El especialista desafió a la Asociación Belga de Fútbol y a la propia UEFA por establecer un cupo mínimo de juveniles en el primer equipo y en la lista de convocados de cada jornada futbolística, una ley que se estableció en 2005 y que apuntó a lograr que no haya concentración de estrellas en los clubes más ricos.

Es importante resaltar que en el fútbol belga el límite de una plantilla de un club es de 25 jugadores. Debe incluir ocho futbolistas que se hayan desarrollado en las categorías inferiores de dicha institución. A su vez, al menos seis deben ingresar en la convocatoria de cada partido.

La institución planteó ante los tribunales que la ley UEFA "les impide fichar jugadores y decidir las convocatorias". Además, añaden que "la cuota de jugadores de canteras favorecen a países de mayor población".

Se trata del segundo caso de fútbol que se dirige al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, tras la disputa de los clubes de la Superliga Europea contra la UEFA. En esta oportunidad, el cambio de normativa podría ser trascendental en el fútbol del viejo continente. ¿Se podría dar una remake de la Ley Bosman?