Tras la invasión de Rusia a Ucrania, y debido al rechazo generalizado de casi todo el mundo, los empresarios rusos pusieron sus ojos en Brasil para hacerse cargo del fútbol profesional de distintas instituciones. Según contó el medio UOL, a través de su periodista Rafael Reis, al menos cuatro clubes de las primeras dos divisiones han recibido a representantes de inversores de la tierra de Vladimir Putin. 

El negocio de la compra de Sociedades Anónimas de Fútbol (SAF) está en etapa de crecimiento. Esto se da tras la ley que aprobó en agosto de 2021 el ahora expresidente de Brasil Jair Bolsonaro. 

Teniendo en cuenta el repudio mayoritario por parte de la población mundial, y tras ser expulsados de Europa, los empresarios rusos miran de reojo la posibilidad de ser propietarios de clubes en el país vecino. Uno de los casos fue el del Londrina, noveno clasificado en la última Serie B (segunda división de Brasil), que recibió una propuesta de 80 millones de reales para hacerse cargo de la gestión de su departamento de fútbol. Esta suma sería compartida para el club y para el dueño del predio deportivo donde se entrena el primer equipo.

El club fundado en 1956 ya había sido sondeado por el City Group hace algunos años, incluso antes de la aprobación de la ley que autorizó las SAF.

Estos inversores no son nuevos en el mundo de la pelota. Realizaron apuestas en el fútbol de su país y se encuentran en expansión, pero ante el rechazo europeo se vieron obligados a buscar nuevos rumbos. Un caso de estos es el de Roman Abramovich, quién fuera propietario de Chelsea. Éste fue expulsado de la Premier League por ser “partidario a la guerra" y dejó el conjunto azul en manos del norteamericano Todd Boehly.

En la élite del fútbol brasileño 5 de los 20 clubes están en manos de empresarios: Bahía (City Football Group), Botafogo (John Textor), Cruzeiro (propiedad de Ronaldo, el reconocido exdelantero), Bragantino (Red Bull) y Vasco da Gama (777 socios).