Los conflictos políticos vuelven a salpicar al fútbol: solicitaron que el partido entre Sheriff y Partizán de la Conference League se juegue a puertas cerradas.

Lo solicitó la Federación de Moldavia a través de una carta enviada por la Agencia de Seguridad e Inteligencia. Indican que hay una amenaza real para el orden estatal de la República de Moldavia y que los servicios pidieron que el encuentro se dispute sin público. 

El medio Express informó que un grupo de seguidores del Partizán viajaron a Moldavia y fueron deportados porque no pudieron justificar su visita al país, según informaron fuentes policiales. 

La presidenta Maia Sandu acusó a Rusia de planificar un golpe de Estado con ayuda de ciudadanos de Bielorrusia, Serbia y Montenegro con entrenamiento militar. "El plan para el próximo período contempla acciones que incluirían subversivos con entrenamiento militar, vestidos de civil, que montarían acciones violentas, ataques a algunas instituciones del Estado y la toma de rehenes", señaló. 

Sin embargo, desde Rusia desestimaron estas versiones: "Estas afirmaciones son gratuitas y carecen de todo fundamento", indicó María Zajárova, portavoz de la diplomacia rusa. 

El partido, que se disputará este jueves, será en el estadio Zibmrbu en Chisinau. Si bien las entradas salieron a la venta, estuvieron disponibles por poco tiempo porque rápidamente fue detenida, informaron medios europeos.