La Conmebol está buscando imitar las cosas que en Europa son éxito, para a partir de allí, incrementar ingresos, ganar en organización y conseguir nuevos objetivos. 
Uno de los puntos a copiar es la final única en la Copa Libertadores, tal como sucede desde hace décadas en todos los torneos a nivel de clubes que se juegan bajo la órbita de la UEFA. En ese sentido, hubo dos ciudades que se postularon para albergar la que sería la primera final de la Copa Libertadores, a partido único. Una fue Lima, que presentó dos estadios: el Nacional y el Monumental. Mientras tanto, en Río de Janeiro pensaron los mismo, y llevaron la lógica propuesta de tener al Maracaná como sede del encuentro definitorio.