El día que un explosivo detonó al lado del micro que llevaba al plantel del Borussia Dortmund rumbo a su estadio para jugar contra Monaco, el mundo se paralizó. Afortunadamente, nadie sufrió heridas graves y solo Marc Bartra fue intervenido quirúrgicamente en una muñeca. En principio, las autoridades alemanas pensaban que se trataba de un atentado terrorista para mandarle un mensaje al Gobierno teutón por sus decisiones bélicas en Siria, pero con el correr de los días el caso dio un giro inesperado.

Este viernes fue detenido un ciudadano ruso alemán identificado como Sergej W. acusado de intento de asesinato, de provocar una detonación con material explosivo y de lesiones físicas graves. En un comunicado enviado a los medios, se informó que el día del ataque el hombre se encontraba en el hotel L'Arrivee de Dortmund, donde también se alojaba el equipo.

Las autoridades revelaron que el detenido compró el día del ataque y desde el mismo hotel 15.000 opciones put o derechos de venta de acciones del equipo de fútbol, el único de la Bundesliga alemana que cotiza en bolsa. Dichas acciones, con un valor entonces de U$D83.600, las pagó con un crédito que había contraido una semana antes y tenían vigencia hasta el 17 de junio, de acuerdo a las autoridades.

Con el atentado el hombre pretendía provocar una caída considerable de las acciones en bolsa y lucrarse así con la venta de los títulos al precio establecido previamente al adquirir los derechos de venta de los mismos. Las acciones del Borussia Dortmund cayeron en bolsa después del ataque, de U$D6.152 a U$D5.812,61, aunque luego recuperaron ligeramente su valor, después de que el equipo fuera eliminado de la Champions League