Gio Reyna es una de las grandes apariciones y esperanzas de la selección de Estados Unidos, con tan solo 20 años eligió representar a la selección norteamericana teniendo la posibilidad de jugar en Argentina y en Portugal por sus ascendientes familiares. 

El joven relató con lujo de detalles a “Players Tribune” como aquel famoso gol de Sergio “Kun” Agüero en el minuto 94 ante el QPR que le permitió al Manchester City levantar la Premier League luego de muchos años de sequía, le recuerda directamente a su hermano. 

“Un día de estos tengo que darle las gracias a Sergio Agüero. Durante mucho tiempo he pensado: necesito jugar contra este tipo, sólo para poder hablar con él. No sólo porque mi abuelo es argentino, o porque es uno de los jugadores favoritos de mi familia, o porque en el Mundial de hace dos años todos nos sentamos frente al televisor apoyando a Argentina" comenzó explicando

Para dar paso al recuerdo: “No. Tengo una historia que contarle. Hace muchos años Sergio marcó un gol que me dio uno de los momentos más felices de mi vida. Para entender por qué, necesitas saber sobre mi hermano mayor: Jack. Jack era mi héroe cuando era niño. Algunas personas piensan que mi papá, Claudio, me hizo un buen jugador, ya que él era profesional. Claro, me dio buenos consejos y algunos genes bastante buenos. Pero cuando yo era niño en Manchester, donde papá jugaba en el Manchester City, el que siempre jugaba conmigo en el patio era Jack. Yo tenía cuatro años y Jack era tres años mayor, por lo que a veces me dejaba ganar dejando escapar algunos tiros bajo su pie. Sin embargo, la mayor parte del tiempo Jack se aseguraba de que perdiera. Y me enojaba, lo mordía, peleaba con él. Luego lloraba y corría hacia mi mamá, Danielle. Esos juegos me hicieron crecer mucho y papá te dirá lo mismo. Mi competitividad, mi lucha, todo eso surgió de intentar vencer a Jack”. 

Y continúa: “Era el hermano perfecto. Siempre fui un niño tímido, por lo que él me incluía en cualquier cosa que hacía con sus amigos, lo que significó que me acostumbré a jugar contra niños que eran varios años mayores. Eso me dio confianza. Cuando yo no estaba, decía cosas buenas de mí. Cuando se dio cuenta de que yo iba a ser mejor que él, me impulsó a convertirme en lo mejor que podía ser. Y si hubiera jugado un buen partido, él sería la primera persona en llamarme para decirme lo bien que había jugado”.

Gio cuenta luego: “En 2007, nuestra familia se mudó a Nueva York, donde papá jugó para los New York Red Bulls. En el verano de 2010, a Jack le diagnosticaron cáncer cerebral. Tenía 11 años. En un momento pareció que iba a sobrevivir, pero en diciembre de 2011, los médicos descubrieron que el tumor había regresado. Poco después, cuando nos fuimos de vacaciones a México, Jack empezó a enfermarse y a engordar debido a la quimioterapia. Todavía podía caminar y nadar, pero se cansaba muy rápidamente. Fue entonces cuando me di cuenta de que esto podía terminar muy mal. Durante los siguientes meses hice todo lo que pude para ayudarlo. Tuve que crecer rápido. No podía levantarse. Llegó un momento en el que tuvo que usar pañales. Aprendí a cocinar comida en el microondas, lavé los platos y cosas así. Sólo quería hacer feliz a mi familia y, por supuesto, hacer feliz a Jack. Todos lo hicimos, especialmente cuando sabíamos que solo le quedaban unos meses de vida. Todas las noches, en la mesa, nos contábamos historias y nos reíamos. Cada noche. De alguna manera, incluso en una situación tan devastadora, logramos divertirnos un poco”. 

Cuando entra en juego, Agüero en la historia: “Un día de mayo de 2012, cuando Jack tenía 13 años, nos reunimos en la sala para ver el último día de la Premier League. Creo que hasta mis abuelos estaban allí. Todos somos grandes fanáticos del City, porque papá jugó allí. Si el City no ganaba, teníamos que esperar que el Manchester United, que estaba detrás del City sólo por diferencia de goles, tampoco ganara. Todos estábamos bastante seguros de que el City iba a vencer al QPR, uno de los equipos más pequeños de la liga. Cuando el City anotó en la primera mitad, la victoria y el título parecieron una formalidad. Pero el QPR dio la vuelta al partido y tomó ventaja en la segunda mitad. Como el United ganaba, el City necesitaba dos goles. En nuestra sala ya nadie sonreía. Me sentí mal por Jack. Estaba tan enfermo en ese momento que no podía caminar ni hablar. Ahora tampoco iba a ver al City ganar la liga. A los dos minutos del tiempo añadido Edin Džeko empató. Eso nos dio algo de esperanza, a pesar de que el partido casi había terminado. Y pasó. “¡¡AGÜEROOOOOOO!!” Agüero anotó el gol de la victoria. Nos volvimos locos en el salón. Estábamos saltando, gritando, celebrando y abrazándonos. ¡Un primer título de liga en 44 años! Ganó de la manera más increíble. Nos miramos incrédulos". 

Para dar más detalles: "De repente escuchamos a alguien jadeando por aire. Era Jack. Estaba rodando por el suelo, lo cual salió de la nada porque apenas le quedaba energía en el cuerpo. Nos preocupamos mucho. Durante 20 segundos pareció que no podía respirar. Luego, lentamente, Jack esbozó una sonrisa y empezó a reír. Nos dimos cuenta de que estaba celebrando el gol. Estaba tan feliz como nosotros. Nunca olvidaré ese momento. Fue tan sorprendente, tan divertido, tan loco. Un poco más de nueve semanas después, el 19 de julio, Jack falleció”.