(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Luego del escándalo en el Bernabeú, en el que quedó en medio de las críticas por haber cobrado el penal de Mehdi Benatia a Lucas Vázquez, que Cristiano Ronaldo convirtió en gol y clasificación para el Real Madrid ante la Juventus, el árbitro Michael Oliver rompió el silencio. Esa decisión que tomó en la cancha, significó para él amenazas e insultos de parte de los "tifosi" juventinos.

Como respaldo a su actuación, la Federación inglesa de fútbol lo eligió para dirigir la final de la FA Cup, el próximo 19 de mayo, entre el Manchester United y el Chelsea. Precisamente, para la web de la FA, habló y reconoció: "Fueron unos días raros, pero fue bueno que tanta gente, tanto del mundo del fútbol como de fuera, me ofreciese su apoyo. Fue bastante aleccionador y significó mucho para mí", confesó.

"La gente se acercaba a mí por la calle; recibí muchos mensajes de apoyo. Es bueno saber que tengo ese respaldo", se alegró el colegiado, que además destacó la oportunidad que tiene por delante con la final entre los "Red Devils" y los "Blues": "Cuando empiezas en esto, dirigir la final de la FA Cup no es algo en lo que piensas siquiera. A medida que tu carrera va avanzando, se convierte en un objetivo realista, aunque nunca esperas recibir esa llamada. Es una oportunidad que solo aparece una vez en la carrera de un árbitro", definió.

Oliver será un protagonista más sobre el césped de Wembley, escenario al que se refirió con mucho cariño: "Todavía tienes que pellizcarte cuando caminas alrededor del estadio el día antes del partido" y reconoció: "Me imagino que estaré antes del partido un poco más nervioso de lo que estoy antes de otro partido. Como los jugadores, supongo. Sin embargo, a diferencia de los jugadores, los árbitros solo tienen una oportunidad para llegar a la final de la FA Cup".