(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Hay quien dice que el fútbol es una montaña rusa de emociones. Y vaya si lo sabrá el arquero del Vinaròs de España, que pasó de ser héroe a villano en segundos en un partido por la Primera Regional contra Peñíscola. 

Corrían 94 minutos y el equipo local buscaba un gol para poder empatar y sumar, al menos, una unidad. Fue su portero quien lo convirtió con un remate muy potente desde afuera del área. Todo era alegría.

No obstante, mientras volvía a su arco y festejaba con sus compañeros, el rival, con un remate desde la mitad de la cancha, puso el resultado definitivo a los 95'. Los otros jugadores del equipo, en medio de los festejos, también se distrajeron y poco hicieron para tapar el remate. Gol y derrota para Vinaròs. La alegría, efímera en el local, fue para Peñíscola.