(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) El primer ministro de Baviera, Marcos Soeder, ha pedido a los aficionados del Bayern que no viajen a Hungría para presenciar la final de la Supercopa que será en 48 horas ante el Sevilla en Hungría.

"Budapest es una zona de riesgo COVID. Tenemos que tener mucho cuidado con los contagios masivos. Sólo de pensarlo se me pone dolor de estómago", dijo el líder de la región de Munich.

La UEFA eligió la Supercopa para autorizar la presencia de público en los estadios al considerar superado lo más duro de la pandemia, pero desde Alemania salieron a advertir los riesgos de jugar un partido en una zona de alto riesgo de transmisión de covid, con aficionados españoles y teme la infección entre los casi cuatro mil aficionados del Bayern que viajarán a presenciar el partido tras haber superado los test PCR sufragados por el club que se realizaron ayer en Múnich.

Por su parte, el Sevilla contará con medio millar de aficionados en las gradas del Púskas Arena. Estos 500 seguidores también han pasado los test, ya que Hungría los exige para entrar en su territorio, algo que por otra parte les llevó a una crisis con la UEFA.

Se ha abierto el debate sobre si es pronto para abrir los estadios a los aficionados, por eso la UEFA cruza los dedos para que la experiencia piloto de la Supercopa salga bien. El mayor temor es que se produzcan contagios masivos, como ya sucedió en la bomba biológica desatada en el Valencia-Atalanta, al comienzo de la pandemia.