Corría poco más de media hora de juego cuando el jugador inglés Tom Curry se acercó al árbitro, el neozelandés Ben O’Keefe, para hacerle un comentario que se pudo escuchar a través del micrófono que tienen instalados las autoridades: “Señor, si su hooker me llama ‘blanco hijo de puta’ (’white cunt’), ¿qué hago?”. A lo que el referee respondió: “Nada, por favor, estaré encima de ello”. 

Curry señaló directamente al sudafricano Bongi Mbonambi, quien ahora enfrenta una investigación iniciada por el Tribunal de Disciplina de la World Rugby y que lo podría dejar sin la posibilidad de disputar la final ante Nueva Zelanda. 

“Podemos confirmar que estamos formalmente revisando la acusación hecha por el jugador de Inglaterra, Tom Curry, en relación con el uso de lenguaje discriminatorio durante el Inglaterra ante Sudáfrica, semifinal del Mundial de rugby 2023 del sábado. World Rugby no hará más comentarios hasta la conclusión del proceso”, informó el máximo organismo del rugby mundial en un comunicado. 

La investigación se llevará a cabo a pesar de que no se realizó una denuncia formal de la federación inglesa, que tenía hasta este lunes a las 10 de la mañana para presentarla. 

Ahora, World Rugby se reserva el derecho a citar a Mbonambi en las próximas 36 horas.