Distintos pilotos de la Fórmula 1 expresaron su contrariedad por los inconvenientes que exhibió el circuito de Las Vegas, donde la máxima categoría automovilística comenzó a disputar la penúltima prueba del campeonato, que ya consagró titular al neerlandés Max Verstappen, con Red Bull.

En la tanda 1 de pruebas libres, el español Carlos Sainz atravesó una tapa de alcantarilla levantada y como consecuencia de ello su Ferrari quedó destrozada. Segundos antes, su compatriota Fernando Alonso (Aston Martin) alcanzó a esquivarla.

"Hemos tenido un problema en los libres 1, creo que todo el mundo lo ha visto. Una alcantarilla se ha soltado y ha destrozado el coche, el motor, el asiento, el chasis, la batería”, relató Sainz a la prensa internacional.

"Los mecánicos han tenido que hacer un esfuerzo heroico para tener un coche completamente nuevo para los libres 2", añadió el español, ya que su jefe de equipo Frédéric Vasseur no esperaba que los mecánicos pudieran solucionar los destrozos.

Por su parte, el piloto mexicano de la escudería Red Bull, Sergio 'Checo' Pérez se lamentó porque “ha sido un día larguísimo. Lo siento mucho por los mecánicos, porque llevan un día súper largo, empezaron muy temprano y terminarán muy tarde, entonces es algo que será duro para ellos".

“Es un circuito que no es fácil, se veía mucho más fácil en el simulador. El agarre es muy bajo, las temperaturas bajas, fácil cometer errores", dijo el piloto.

“Creo que también la visibilidad es pobre, porque fuera de la línea de carrera está muy sucio el asfalto todavía, entonces es un circuito que va a empujar a los pilotos al máximo", agregó.

Su compañero de equipo, el campeón Verstappen, también se pronunció en contra: “He visto mejores pistas en mi vida. Ya lo dije ayer. No hay nada nuevo que haya descubierto o lo que sea, pero seguimos adelante con ello", sostuvo.

“No me gustan todas las cosas que hay alrededor del GP de Las Vegas, tengo muchas ganas de intentar hacer lo mejor que pueda, pero no tengo ganas de participar en el show. Me guste o no, supongo que los organizadores ganan dinero, así que no depende de mí quitarlo", añadió el piloto principal de Red Bull.

El neerlandés fue muy claro al señalar que “a algunas personas les gusta un poco más el espectáculo, a mí no, en absoluto. Crecí mirando la parte del rendimiento y así es como lo veo. Me gusta estar en Las Vegas, pero no para correr", descerrajó.

También reconoció que los pilotos no tienen mucho poder de decisión al afirmar que “no somos parte interesada, así que nos dejamos llevar. Ellos deciden lo que hacen, ¿no? Yo haría lo mismo si fuera el propietario, no escucharía a los pilotos, es mi deporte, y hago con él lo que quiera si se diera el caso", amplió.

La prensa especializada y el público retrataron como una excavadora Caterpillar pasaba a toda prisa entre los neones de lujo en la recta de meta entre la primera práctica que solamente duró 10 minutos. También se pudo ver a decenas de operarios aplicando cemento a las más de 150 alcantarillas, evidencia que el trabajo no estaba bien hecho.

Cuando sólo restaban 30 minutos para comenzar la sesión, se tomó la decisión de desalojar las gradas con los fans que aún quedaban. La imagen de la segunda sesión con las tribunas desiertas constituyó una rareza en un evento de estas características.

Esta decisión cobró más importancia al tener en cuenta que las entradas de este Gran Premio fueron las más caras de la temporada, llegando incluso a pagar más de 1.000 dólares por una simple localidad, sin mencionar la zona VIP.

Esta situación provocó una reacción en cadena de los aficionados que se quedaron sin poder ver la segunda sesión, mientras que la F1 aún no se pronunció sobre la devolución del importe, pero su justificación en un comunicado oficial tampoco otorga demasiadas esperanzas.