Emanuel Ginóbili ingresara al Salón de la Fama de la NBA este sábado. El evento, en el que la leyenda del básquetbol sudamericano se convertirá en el primer argentino en recibir este reconocimiento, se realizará en el Naismith Memorial Basketball Hall of Fame desde las 19 de Argentina.

El bahiense, de 45 años, será el tercer latinoamericano y se unirá a los brasileños Oscar Schmidt y Ubiratan Pereira. Será presentado por su excompañero en los San Antonio Spurs Tim Duncan en la ceremonia en la que también condecorarán a los exbasquetbolistas Tim Hardaway y Swim Cash y a los entrenadores George Karl y Bob Huggins, de la NCAA.

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La decisión del ingreso del ganador de la medalla de Oro y de Bronce con la Argentina en los Juegos Olímpicos se conoció el pasado de abril. El argentino fue elegido, primero, por el Comité Norteamericano y luego por el Comité de Honores, compuesto por 24 integrantes entre dirigentes, basquetbolistas que integran el Salón de la Fama, personal administrativo y periodistas.

Ginóbili fue cuatro veces campeón de la NBA y después de su retiro, los Spurs retiraron la camiseta número 20 que usó durante 16 temporadas.

Mediante su cuenta oficial de Instagram, Ginóbili publicó varios posteos repasando su historia y agradeciendo a quienes lo acompañaron en estos años de carrera. 

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Una carrera plagada de éxitos y de historia 

"Manu" consiguió varios éxitos a lo largo de su carrera: fue campeón olímpico en Atenas 2004, medallista de bronce en Pekín 2008 y subcampeón mundial en Indianápolis 2002; cuatro veces ganador del anillo de la NBA con los San Antonio Spurs (2003, 2005, 2007 y 2014); y triunfador en la Euroliga, Liga y Copa de Italia con Virtus Bolonia entre 2001 y 2002, 'Manu' llegó al estrellato mundial.

Pero en su país. natal se lo quiere y admira no solo por lo que hizo dentro de la cancha, sino por cómo se comportó fuera de ella, y así lo explicó a EFE su biógrafo, Daniel Frescó, uno de sus primeros entrenadores y jóvenes fanáticos para quienes 'el Narigón' es un "ícono" y un "ejemplo a seguir".

“Si vos preguntás en Bahía Blanca, a la gente que tuvo que ver con Manu Ginóbili hasta la adolescencia inclusive, sus 16 o 17 años, nadie apostaba que pudiera jugar ni siquiera en la Liga local”, dijo a EFE Daniel Frescó. 

El periodista y escritor explicó que el crecimiento de Ginóbili fue lento y progresivo. “Fue paso a paso subiendo, escalón por escalón”. “Cuando escribía el libro entrevisté a mucha gente de la NBA, ya entonces hace cuatro años me decían que Manu estaba destinado al Salón de la Fama. Entró mucho más rápido de lo que se podía suponer y por unanimidad”, dijo.

En tanto, el director deportivo de Bahiense del Norte, Pablo Coleffi, que vio crecer y entrenó a Ginóbili cuando era niño, declaró a EFE que el escolta “ha dejado un legado a los jóvenes, y a los no tan jóvenes, como ejemplo de deportista y de los sacrificios que hay que hacer dentro y fuera de la cancha”.

A pesar de la admiración que despierta, Ginóbili fue un niño, y “uno muy molesto”, que se ha “merecido más de un reto”, agregó el que fue su entrenador. “Manu era un chiquilín molesto, que no dejaba trabajar a los entrenadores porque se la pasaba picando la pelota alrededor de la cancha o jugando uno contra uno o uno contra cinco desde que terminaba la escuela hasta la noche y su familia lo venía a buscar”, recordó Coleffi.

Su exentrenador ve en ese “chiquilín molesto”, hoy transformado en el principal referente del baloncesto argentino y uno de los más relevantes a nivel internacional, a un hombre que la sociedad debe “imitar”.

“Me gustaría que la imagen de Manu sea el reflejo de lo que nosotros somos como sociedad. Apuntar al trabajo en equipo y pensar que al otro debo hacerlo mejor para que nos haga mejores a todos”, admitió.