Thierry Henry está, para muchos, entre los tres mejores futbolistas de la historia de la Selección de Francia. El delantero fue parte de la generación dorada, donde obtuvo el Mundial 1998 y las Confederaciones 2001 y 2003, sumado del subcampeonato del mundo en 2006. 

Sin embargo, no fue todo de color rosa para el atacante rápido y decisivo de Arsenal y Barcelona. El actual director técnico de la Selección Sub-21 de su país confesó haber tenido una dura infancia que lo marcó por el resto de su vida y sufrido de depresión.

“Crecí en un barrio normal. Si entiendes por normal por todo lo que ello conlleva: ladrones, armas, peleas, felicidad, diferente comida, diferentes religiones, diversidad. Yo siempre dije que fue lo mejor para mí, para entender cómo era el mundo”, comenzó diciendo 'Tití'.

Además, en diálogo con The Diary Ceo, el ex futbolista contó que la separación de sus padres lo conmovió: “Se divorciaron cuando tenía siete, ocho años. Entonces mi padre se fue de mi casa, pero él estaba presente cuando yo iba a los entrenamientos o a los partidos, o venía de vez en cuando, pero técnicamente me crié con mi madre. Incluso cuando ellos estaban juntos no veía ese amor, ese afecto, abrazos"

Y agregó: "Cuando yo crecí, no conocía esto. Más creciendo en este tipo de barrios. Tenía que intentar ser fuerte y no llorar. Tenía un problema o una pelea, llegaba a casa y a la pregunta de cómo había ido el día tenía que decir que bien”.

Henry remarcó que su padre fue una de las personas que más dolor le generó: “Yo sabía si mi padre estaba feliz o no, lo sentía. Llegamos al coche, silencio, ¿debería hablar? ¿no debería hablar? No lo sé. ‘¿Entonces estás feliz?’ Y su respuesta: claro, pero fallaste este control, este centro, esto, aquello, entonces llegaba a casa de mi madre, subía con la cabeza gacha y mi madre me preguntaba si había perdido y yo le decía que ganamos 6-0 con seis goles míos y ella me miraba”.

A pesar de ello, reconoció las intenciones de su progenitor: “No puedo estar enfadado con alguien que intentó hacer lo mejor y educó con las herramientas que tenía. Yo no tengo las mismas herramientas, tengo más y mis hijos tendrán muchas más”.

Por último, Tierry admitió haber sufrido depresión: “A lo largo de mi carrera estuve deprimido. Cuando era niño no recibía cariño. Cuando mi padre me abrazó lo primero que dijo fue: este bebé será un futbolista increíble. Él me moldeó, era duro. Siempre tuve el miedo y la presión de complacer a los demás con mi fútbol y mi dinero hasta que un día mi novia y mis hijos empezaron a llorar por la persona que soy. Y entonces te sientes humano. Mentí durante mucho tiempo porque la sociedad no estaba preparada para escuchar lo que tenía que decir. Pero te soy sincero: a lo largo de mi carrera, probablemente pasé por períodos de depresión. Soy la persona que soy por esos momentos”.