(De la redacción de DOBLE AMARILA) Conmoción en el mundo por la ejecución del Régimen de Irán contra el deportista especializado en lucha libre Navid Afkari, opositor al Gobierno y acusado de asesinar a un funcionario público.

La noticia la confirmó hoy la agencia de noticias estatal iraní IRNA. El hecho se consumó tras una intensa campaña de diversos actores deportivos y políticos para impedirlo. Entre varias figuras, el propio Donald Trump manifestó en sus redes sociales que "su único acto fue una manifestación contra el gobierno en las calles".

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También se sumaron al reclamo Amnistía Internacional, Human Rights Watch, el Comité Olímpico Internacional (COI) y la propia FIFA. De hecho estas entidades globales sostienen y denuncian que "el joven fue torturado y obligado a confesar el crimen".

Las autoridades del Régimen habían abierto tres casos contra Navid Afkari y su hermano Vahid. Ambos fueron detenidos en septiembre de 2018 por diversos cargos que incluyen participación en manifestaciones ilegales, insulto al líder supremo de Irán, robo, enemistad contra Dios y asesinato.

"Es profundamente molesto que las súplicas de los atletas de todo el mundo y todo el trabajo detrás de escena del COI, junto con el CON de Irán, United World Wrestling y la Federación Nacional de Lucha Libre de Irán, no hayan logrado nuestro objetivo", manifestó el COI en un reciente comunicado.

El último hecho del que se lo acusa fue el justificativo para ejecutarlo, ya que consideran que fue autor directo de un asesinato contra Hasan Turkeman, un funcionario público de la Ley durante las protestas de agosto de 2018 en Shiraz. El 25 de abril de 2020, la Sección 32 de la Corte Suprema confirmó la sentencia y el tribunal desestimó la acusación de tortura, citando una declaración de Navid en la que dijo en presencia de un abogado que no había sido torturado y que no necesitaba ver a un médico forense.

Pese a esta intervención en la Corte, el 13 de septiembre de 2019, en una carta manuscrita, el deportista detalló la tortura que dijo haber experimentado en dos centros de detención de Shiraz. Incluye golpes en las piernas, las manos y el abdomen con una porra o un palo, verterle alcohol en la nariz y taparle la cabeza con una bolsa de plástico hasta el punto de asfixiarse.

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