El expresidente de la Federación Panameña de Fútbol (Fepafut), Ariel Alvarado, fue condenado a 12 años de prisión luego de ser encontrado culpable de recibir sobornos a cambio de otorgar los derechos de transmisión de las Eliminatorias 2010 y 2014.

Alvarado fue condenado por el Juzgado Primero Liquidador de Causas Penales a 144 meses de prisión por corrupción en el sector privado y blanqueo de capitales en perjuicio de la federación de fútbol. 

Se comprobó que el dirigente recibió “por parte de la comercializadora ‘Traffic Usa’, tres pagos” como soborno por un total de 230.00 dólares “a cambio de otorgarle los derechos de transmisión de los partidos de la Selección Nacional de Fútbol de Panamá durante las eliminatorias para el mundial de Sudáfrica 2010 y Brasil 2014".

El caso se inició en 2017 por “presuntas irregularidades” en los contratos de televisión para la transmisión de los partidos concedidos a Traffic Sports. La empresa, con base en Miami, se dedica a promover eventos futbolísticos en Estados Unidos, Centroamérica y el Caribe.

Alvarado, que también fue miembro del Comité Ejecutivo de la Concacaf, fue encontrado culpable por la Comisión de Ética de FIFA en diciembre de 2019 de “cohecho” por su vinculación con el escándalo FIFA-Gate, se le suspendió de por vida de toda actividad relacionada con el fútbol y se le impuso una multa de 500.000 francos suizos. El expresidente de la Federación fue detenido preventivamente en abril de 2017, en noviembre se declaró prescrito el caso y la Fiscalía panameña decidió apelar la medida.