Nicolás Lamolina volvió a quedar en el ojo de la tormenta tras un muy flojo arbitraje. Esta vez, el juez estuvo a cargo de Independiente - Colón en el Libertadores de América y tuvo participación directa en tres jugadas que cambiaron el andar del partido. El VAR también quedó marcado. 

Corrían apenas nueve minutos de la primera parte cuando tras un pelotazo largo, Santiago Pierotti se coló por la espalda de Joaquín Laso y definió cruzado para marcar el 1-0, pero el gol no fue convalidado hasta que el VAR tomó intervención para determinar la posición del delantero y el defensor. Si bien a simple vista, Pierotti parecía ‘adelantado’, el VAR dijo lo contrario. 

Pasaron tan solo trece minutos para que la polémica se volviera a instalar en el campo de juego. Cuando Lamolina volvió a llevar su silbato a la boca para pitar el primer penal de la noche en el LDA. Luciano Gómez había caído desplomado en el área de Colón tras un contacto mínimo con un defensor del ‘Sabalero', el juez no dudó y cobró la pena máxima. Minutos después por las protestas de ambos equipos, Martín Cauteruccio convirtió el empate. El partido parecía morirse en el 1-1 ya que si bien los dos equipos se acercaban al arco rival no lograban marcar.

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Sin embargo, a los 36' de la segunda parte, el árbitro volvió a quedar en el ojo de la tormenta cuando Paolo Goltz cometió un penal insólito al tomar la pelota con la mano luego de que el arquero Ignacio Chicco la pusiera en juego. El árbitro, en un primer momento no cobró e hizo estallar a los jugadores y el CT del ‘Rojo’. 

Tras unos segundos se llevó la mano a su oído izquierdo para validar su decisión con el VAR pero el mismo parece no haber intercedido, mientras Lamolina escapaba de las corridas de ambos planteles. Finalmente fue su asistente, Ariel Scime quién lo convocó, le marcó su error y le sugirió que debía cobrar penal y así fue. 

Gorosito y sus ayudantes expulsados por las protestas y Matías Giménez el encargado de patear desde los doce pasos y cambiar la pena máxima por gol. El ‘Rojo’ estaba consiguiendo su primer triunfo como local en el campeonato. 

Pero la historia tenía un capítulo más, en el sexto minuto de adición el ingresado Ramón ‘Wanchope’ Ábila intentó eludir a Baltasar Barcia dentro del área y el defensor lo sujetó de la camiseta. Al caer al suelo el delantero tomó la pelota con la mano y le pidió al juez que recurra al VAR el supuesto penal. 

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Tras llevarse por enésima vez, su mano al oído izquierdo, Lamolina corrió hasta la pantalla y tras un par de repeticiones se decidió a cobrar el penal que había ignorado. El propio Abila pateó desde el punto penal, Rey lo atajó y el 9 convirtió en el rebote decretando el 2-2 que tuvo un gran protagonista, el árbitro Nicolás Lamolina. 

Al salir del vestuario, el árbitro se refirio al segundo penal que cobró en favor de Independiente y dijo: “Fue una jugada insólita para el fútbol profesional. Goltz la toca con la mano. La orden de jugar ya estaba, pero necesitaba que me digan si las posiciones de los jugadores estaban ok para cobrar”.