Boca se consagró por 73° vez en su historia y, como es costumbre, una multitud de simpatizantes se reúnen en las adyacencias del Obelisco para festejar una nueva conquista. 

Apenas Darío Herrera marcó el final del partido, lenta pero copiosamente fueron llegando al microcentro porteño los colores azul y oro para copar las calles de la ancha Avenida 9 de Julio. 

Mientras los jugadores continúan con los festejos dentro de una Bombonera ya vacía, los hinchas se dirigen hacia el histórico monumento ubicado en las intersecciones de la Avenida 9 de Julio y Avenida Corrientes. 

Mucho color, fuegos artificiales, cánticos contra Racing, el rival con el que Boca tuvo que pelear el campeonato hasta el final, banderas y un celoso operativo policial marcan la escena de la city porteña.