El adiós de la segunda era de Miguel Ángel Russo terminó con el DT echado por un Consejo de Fútbol liderado por una persona de mucho cariño para el entrenador como Juan Román Riquelme. "No hay común acuerdo, no renuncié, no me fui... quiero que quede claro en los papeles que me echaron y quiero que tanto yo como mis colaboradores cobren hasta el último día del contrato", fueron algunas de las pocas palabras que esbozó el técnico en el SUM del centro de entrenamiento.

Todo comenzó luego de la derrota en La Plata ante Estudiantes, cuando rápidamente empezó a circular la idea del ciclo cumplido Russo enfrentó la conferencia de prensa mirando hacia adelante y dejó en claro que no tenía pensado dar un paso al costado.

Sin embargo, el lunes empezó a tomar forma a nivel mediático una necesidad de cambio de aire, que Miguel Ángel Russo analizaba las distintas opciones. Según pudo confirmar Doble Amarilla, nunca pasó por la cabeza del entrenador renunciar o dejar su cargo.

Es por eso que Miguel empezó a sentir una fuerte decepción porque entendía que esos rumores salían del Predio de Boca como empujando al DT a tomar una decisión que no pensaba hacer: ponerle punto final de motu proprio a su contrato.

Apenas pasadas las 21 sonó el teléfono de Miguel Ángel Russo y del otro lado el presidente Jorge Amor Ameal lo invitó a cenar este miércoles a la noche como dando una señal de continuidad. Este llamado, fuera de contexto sobre la decisión tomada en el predio marca a las claras la poca injerencia de Ameal en el fútbol de Boca.

Sin embargo apenas una hora y media después fue Jorge 'Patrón' Bermúdez que dio el primer mensaje a Russo que la decisión estaba tomada: "Miguel, ¿cómo estás?... en un rato te va a llamar Román para decirte cómo seguimos".

Pasó más de una hora y a las 23.30, el mandamás de Boca y número uno del Consejo de Fútbol hizo el llamado de la discordia: "Miguel, me parece que vamos a tener que discontinuar este proyecto. Nos vemos mañana temprano para hablar en el predio", fueron algunas de las escuetas palabras que el 'Romántico 10' le dijo a Russo.

Pero la mañana de este martes deparaba más sorpresas para un corazón dolido como el de Miguel Ángel Russo. Tres de los integrantes de su cuerpo técnico (aunque el que más dolió fue la decisión de Fernando Gayoso) se quedaron en el club para integrar el nuevo equipo de trabajo liderado por Sebastián Battaglia y secundado por Juan Krupoviesa.

"Lo de Mariano (Herrón) no sorprende porque era como los ojos del Consejo dentro del cuerpo técnico. A veces parecía hasta que recibía llamados en pleno partido o en el entretiempo desde el palco....", se sinceraron desde el CT saliente sobre la decisión de quedarse y mientras se daba la despedida de sus compañeros estar planificando la práctica como si nada.

Una costumbre de Russo siempre es cobrar sólo hasta el último día trabajado pero el dolor por ser echado fue tan grande que en la charla del SUM con Riquelme pidió que quede claro en los papeles dos cosas: "Ustedes me echaron y que vamos a cobrar, los que nos vamos, hasta el 31 de diciembre. No hubo común acuerdo, ni renuncié, ni nada".

Así fueron las últimas horas del segundo ciclo de Miguel Ángel Russo en Boca, que se retiró triste, solitario y dolido directamente a recluirse a su Rosario adoptivo. No habrá declaraciones explosivas, no habrá conferencia de prensa, no habrá pase de factura al Consejo pese a haber sido uno de los soldados más aplicados y tolerantes porque por delante del dolor Miguel decidió poner los benditos códigos del fútbol.