El fútbol argentino sigue siendo un semillero de figuras, pero no logra atraer la atención de mercados o clubes importantes. De un tiempo a esta parte, varios futbolistas emigraron al fútbol internacional: en su mayoría, lo hicieron a instituciones de segundo orden y, los pocos que lograron fichar por equipos de renombre, no lograron asentarse.

El destino más seguro para emigrar para los futbolistas argentinos parece ser la Major League Soccer (MLS) de Estados Unidos. Si bien no es una “liga top”, la misma cuenta con una gran cantidad de futbolistas de Sudamérica. Son varios los jugadores que emigraron a la competencia norteamericana en las últimas ventanas de pase. El equipo que más promesas argentinas se llevó fue Atlanta United: Ezequiel Barco (Independiente), Santiago Sosa (River), Marcelino Moreno (Lanús), Franco Ibarra (Argentinos Juniors), Eric Remedi (Banfield); Inter Miami incorporó a Julián Carranza (Banfield) y Nicolás Figal (Independiente); además, Cristian Pavón pasó de Boca a Los Angeles Galaxy (ya venció el préstamo y en diciembre regresó al Xeneize), Alejandro Romero Gamarra de Huracán a New York Red Bulls e Ignacio Aliseda, de Defensa y Justicia a Chicago Fire.

En el mercado europeo, los clubes argentinos no concretaron ninguna venta. Pese a que Gonzalo Montiel, de River, estuvo en el radar de varios clubes (como Roma, Lyon y Villarreal), pero finalmente se quedó en el Millonario. Ahora, existe un interés del Basilea suizo para sumar a Matías Palacios, una de las promesas de San Lorenzo. Y ahí dejamos de contar. La última venta rutilante al Viejo Continente fue la de Lautaro Martínez, que dejó Racing y se calzó la camiseta de Inter de Milan.

También se concretaron salidas de futbolistas argentinos a mercados o clubes que no son tan fuertes: a Italia pasaron Lucas Martínez Quarta (Fiorentina), Nicolás Domínguez (Bologna), Juan Musso (Udinese), Gio Simeone (Genoa), Lautaro Valenti (Parma) e Ignacio Pussetto (Udinese). A Inglaterra emigró Alexis Mac Allister (Brighton); a España lo hizo Matías ‘Monito’ Vargas (Espanyol) y Lucas Robertone (Almería); a Países Bajos fueron Maximiliano Romero (PSV) y Marcos Senesi (Feyenoord); en tanto, a Alemania se sumaron Santiago Ascacibar y Nicolás González (Stuttgart).

Por otro lado, Emanuel Mammana pasó a Lyon y Facundo Medina al Lens de Francia. Otros, se definieron por Rusia: Emiliano Rigoni, Sebastián Driussi a Zenit y Adolfo Gaich al CSKA. Manuel Lanzini, por su parte, emigró a Al Jazira de Emiratos Árabes y Maximiliano Lovera al Olympiakos de Grecia (fue presentado días atrás como refuerzo de Racing tras no conseguir continuidad). Dos proyectos interesantes como Lucas Zelarayán y Matías Zaracho no pudieron llegar a Europa y tuvieron que conformarse con México y Brasil, respectivamente.

Por último, se cuentan con la mano los jugadores que pudieron captar la atención de clubes importantes, aunque no todos lograron permanecer en las instituciones. Además de Lautaro, otros jugadores que se ganaron un lugar en la consideración del armado de los equipos son: Lisandro Martínez y Nicolás Tagliafico en Ajax y Exequiel Palacios en el Bayer Leverkusen. Como contracara, Leonardo Balerdi fue incorporado al Dortmund, pero no logró asentarse y fue cedido a Olympique de Marsella (comparte equipo con Darío Benedetto); Gio Lo Celso fue anunciado como refuerzo del PSG, pero luego pasó a Betis.

Matías Kranevitter se incorporó al Atlético de Madrid y, tras no poder ganarse un lugar, pasó por clubes como Sevilla y Zenit y actualmente se desempeña en el fútbol mexicano (Monterrey); Nehuén Pérez también se sumó al equipo del Cholo y fue cedido a Portugal y a Granada. Ezequiel Ponce fue incorporado a la Roma, pero fue traspasado a clubes como Lille, Granada y Spartak de Moscú.

Los torneos argentinos suelen tener la característica de ser competitivos y los clubes que participan en los torneos internacionales, por lo general, no defraudan: Boca y River alcanzaron las semifinales de la Copa Libertadores, mientras que Lanús y Defensa llegaron a la final de la Copa Sudamericana (y Vélez quedó en el camino en semis). Ahora, teniendo en cuenta un contexto de crisis global, los equipos vuelven a apuntar a las Inferiores para lograr equipos fuertes, como solía ser en épocas donde Argentina era uno de las vidrieras más prestigiosas para el mercado. Hoy se tienen que conformar con que le vengan a comprar sus joyas a precios y de clubes que no son del primer mundo futbolero.