Vélez y Boca empataron sin goles en un nuevo partido de la fecha 9 de la Copa de la Liga Profesional. El encuentro se jugó en Liniers, tuvo mucha paridad y algunas polémicas. No hubo un dominio manifiesto de ninguno de los dos equipos y en el complemento se dio una jugada que merecía la revisión del VAR por una clara mano en el área de Boca. Nada de eso ocurrió y Vélez no tuvo el penal que merecía. Del otro lado, algo parecido. Hubo una acción de infracción de Gianetti que fue ignorada por la videoasistencia. 

En el estadio José Amalfitani, los dos equipos consiguieron algo de paz y alivio, luego de sendas semanas complejas, tras derrotas dolorosas en el arranque por Copa Libertadores. Con esta igualdad, el equipo dirigido por el entrenador Sebastián Battaglia, cuestionado por una falta de funcionamiento colectivo que no maquilla la obtención de resultados, llegó a lo más alto de la clasificación del grupo B, junto a Tigre, ambos con 16 unidades.

El elenco de Liniers, bajo el interinato de Julio Vaccari (tras la salida de Mauricio Pellegrino), reúne 10 puntos y asoma todavía lejos de la zona de clasificación hacia cuartos de final. En el primer período, los dos equipos desnudaron parte de sus limitaciones de juego, al plantar en cancha a sendos conjuntos alternativos.

En ese contexto de paridad, ninguno de los dos se resignó a atacar y le imprimieron vértigo a sus ataques, pero –a la vez- faltó profundidad en los metros finales. Por ende, a ambos equipos les costó traducir ese criterioso manejo de balón en situaciones de riesgo.

El equipo del interino Julio Vaccari mostró mayor posesión, mientras el elenco xeneize penó por la falta de gravitación de "Pol" Fernández, quien en su regreso a la titularidad exhibió esa falta de ritmo aconsejable para este tipo de compromisos.

El conjunto de Battaglia logró "sacar los pies del plato", cuando el pibe Medina se atrevía a desequilibrar e intentaba romper el cerco de la defensa local. También el colombiano Villa, en alguna que otra corrida, amenazaba con prevalecer en los últimos metros del terreno. Pero eran insinuaciones, no concreciones.

En el cierre de los 45m. iniciales, Vélez dispuso de la ocasión más clara, con un cabezazo del uruguayo Sosa Sánchez que salió apenas afuera, luego de una buena proyección de Francisco Ortega por derecha.

El segundo tiempo mostró una cara completamente distinta. Y dentro de ese panorama y, sobre todo por los 15m. finales, Boca lució más audaz, convirtió al arquero Hoyos en figura y hasta pudo haber merecido la victoria. Los ingresos de Oscar Romero y Juan Ramírez le otorgaron mayor vivacidad a una ataque visitante, que empezó a vislumbrar que el "negocio" estaba en atacar por la banda derecha que defendía Leonardo Jara, desbordado por quien surcara por ese andarivel.

De este modo, el colombiano Villa incursionó seguido por allí, exigió y se erigió en una de las piezas más valiosas de Boca. Las situaciones de gol se sucedieron con un remate de Villa (suspendido para la Copa Libertadores) que tapó Hoyos, quien también se quedó con un frentazo de Vázquez.

Desde el otro costado, Rossi estuvo fino para conjurar un cabezazo de Garayalde. En el tramo final, el chico Perrone salvó sobre la raya, tras un disparo de Villa. El marcador no se alteró y el 0-0 no se tradujo, en esta oportunidad, en un mero calificativo de lo que ofrecieron uno y otro sobre el terreno de juego. Es más, la chapa sin festejos resultó, en este caso, un castigo.

Boca jugará este martes ante Always Ready de Bolivia para intentar redimirse de la derrota 0-2 ante Deportivo Cali. Vélez, por su lado, se enfrentará en el Amalfitani este jueves con Bragantino de Brasil, también por la Copa, para buscar lavar el 1-4 del debut con Estudiantes de La Plata. 

Quizás por ese motivo y por un cuatrimestre que asoma como una mueca de disgusto (sobremanera por las expectativas que había en el arranque), la hinchada del Fortín no ahorró gritos ni cánticos para insultar al presidente Sergio Rapisarda y a toda su Comisión Directiva.