Si bien el Superclásico del próximo domingo en la Bombonera repetirá el patrón de no tener público como viene siendo el fútbol argentino y sudamericano en pandemia, entre este martes y el jueves se definirá el operativo de seguridad que incluye una definición sobre posibles "banderazos cuidados" 

Según pudo averiguar Doble Amarilla, en estos tres días habrá varias reuniones que tendrá sentados en la mesa la Policía Porteña y Federal, la Subsecretaría de Seguridad Ciudadana del Ministerio de Justicia y Seguridad porteña, junto con la Fiscalía para tomar definiciones.

En la previa de estos cónclaves hay dos posturas de cara a eventuales banderazos: una muy dura que implica no permitir aglomeraciones y hacer cordones en ambas concentraciones y en la Bombonera que se definiría como un "operativo limpio sin público".

Por el contrario, hay otra posición de hacer un operativo con público controlado, que implicaría habilitar reuniones en los hoteles con distanciamiento y barbijos pero sin pirotecnia con un horario delimitado para habilitar una forma de "encausar la pasión de los hinchas".  

Antecedentes complicados

Los antecedentes de las últimas dos semanas en el clásico rosarino y en el santafesino no ayudan. Para esos clásicos, el gobierno de Omar Perotti planteó rigidez al punto de pedir a la Liga que se modifique el horario de los partidos y así evitar que al final de los cotejos ya rigiera la veda de circulación. Sin embargo, fue todo un fracaso. En Rosario cientos de personas se aglomeraron en los banderazos se Newell's y Rosario Central. En tanto, en Santa Fe hubo hasta tiros en la previa.

En este punto, las tres patas que se reunirán en estos tres días en la Ciudad tienen en claro que tanto en Boca como River habría que diferenciar las gestiones de los hinchas genuinos en estas acciones con la participación de ambas barras.

Según le agregó una fuente de Ciudad a Doble Amarilla, en los últimos banderazos de Boca ven una "participación mayor de los hinchas", mientras que en River hay una "activa intervención de la barra que desde hace años no ingresa en los estadios". Y esta diferencia también se pondrá sobre la mesa en el análisis del método de seguridad a emplear.

Un detalle no menor es la postura que vienen teniendo la el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta respecto a las aglomeraciones. Desde el inicio de la pandemia, la policía de la Ciudad se ha mostrado bastante inactiva a la hora de dispersar a marchas o piquetes, muchos de los cuales ocurren en el mismo Centro causando graves trastornos a los porteños. 

Ante esto en la Ciudad se enfrenta a un gran dilema. O habilita, sin promocionarlos ni alentarlos, algunos banderazos o directamente los evita impidiendo las concentraciones antes de que se produzcan. En caso de que los banderazos se lleguen a armar no parece haber hoy voluntad política de desarmarlos.