De estar todo acordado, a una frialdad evidente. De estar con un pie en el embarque en Ezeiza con destino ruso, a pensar en volver a caminar los pasillos de Casa Amarilla. Eso pasó en la historia Boca – Pavon – Zenit, película que a esta altura de la semana está muy lejos de llegar a hacerse realidad. 
Fuentes que siguieron de cerca el tema y que hasta incluso se sentaron en la mesa de negociaciones indican como fueron las cosas: “Estaba todo acordado, todo, absolutamente todo, hasta que Fernando se desbocó”. Fernando es Hidalgo. Hidalgo es el representante del jugador. 
Amigo y ex socio de Gustavo Arribas (actual cabeza de Inteligencia a nivel nacional), con quien formó la famosa empresa “HAZ” (Hidalgo, Arribas y Pini Zahavi, el tercer socio) que incursionó no sólo en la representación de jugadores (algo que ya venían haciendo con mucho éxito tanto Hidalgo como Arribas) sino también en el automovilismo nacional, Hidalgo es alguien con mucho protagonismo en el ambiente. Actualmente tiene, entre otros, la representación de Meli, Chávez, Belluschi, Higuaín, Rossi, Mussacchio, Rojas y Calleri. Históricamente, quienes se han sentado a negociar un pase con él, hablan de “firmeza a la hora de negociar y una forma de trabajar bastante complicada”. Más de una vez, cuentan, estuvo cerca de irse a las manos con un dirigente que no aceptaba sus reglas del juego. Este parece haber sido un caso parecido. El agente intentó poner reglas que no estaban en la agenda de los rusos. Uno quería cobrar una comisión muy alta. Otros no estaban dispuestos a tener que enumerar los cuatro millones de motivos por los cuales debían pagarle una suma sideral al representante argentino. Así, el pase se cayó. Así, el jugador seguirá en La Boca, y verá al Zenit de los argentinos Driussi y Paredes por TV.