Un clásico jugado desde la cuna. Las divisiones inferiores, más en el contexto económico en el que se encuentra el país, son la base de la planificación financiera de los diferentes clubes. River y Boca no son la excepción y pasan por un momento en el que le dan mucho vuelo a los productos de su cantera.

En lo que va de este 2022, en River han sido parte del equipo del 'Muñeco' varios futbolistas surgidos de las divisiones inferiores. De hecho puede ocupar la valla Ezequiel Centurión, quién disputó tres encuentros (con 270 minutos en su haber) en lo que va del año. Santiago Simón (27 partidos, 2610 minutos) es el canterano con mayor cantidad de minutos, mientras que Lucas Beltrán (12 encuentros, 783 minutos) lo sigue, luego de volver desde Colón. Todo ello, en un panorama que se da en el 'Millonario' tras la salida de Julián Álvarez y Enzo Fernández, dos productos del predio de Ezeiza.

Del otro lado de la cita superclásica, la lista es más abultada, pero con menos elementos consolidados en el elenco estable de Hugo Ibarra. El que más minutos tiene es el volante central Varela, con 1.540 (en 22 partidos), seguido muy de cerca por Luis Vázquez. El delantero acumula 1424 minutos (en 30) en lo que va del año. Completa el podio Aaron Molinas, con 922 minutos (23), aunque la inmensa mayoría viniendo desde el banco,

Completan el escalafón Cristian Medina (927 minutos en 21 partidos) y  Agustín Sandez (844 minutos en 11 cotejos, 9 de ellos como titular). Asimismo, el lesionado Exequiel Zeballos (826 minutos en 18 matchs) es parte de una tabla que solo la patada de Milton Leyendeker pudo sacar del liderazgo. Gabriel Aranda es parte del año del club de la Ribera (450 minutos en 5 partidos). Cierran el círculo el sorpresivo goleador Luca Langoni (242 minutos, en 8 encuentros), la gran aparición del último tiempo en el 'Xeneize' junto a Brandon Cortez (36 minutos, en dos encuentros).

Una cosa es clara, en River los futbolistas son insertados en el esquema como parte de un proceso de evolución de ellos. En el caso de Boca, parece ser más un recurso de recambio en caso de lesiones o suspensiones. Lo que también es claro es que para muchos de los juveniles no es un partido más el Superclásico. Lo viven con intensidad desde la misma cuna.