El año de Independiente fue de los más complicados del fútbol argentino. En lo deportivo empezó casi de la peor manera, a punto de descender nuevamente a la Primera Nacional y terminó sin nada para festejar. Lo institucional jugó un papel fundamental, con muchos conflictos y la calma que llegó sobre el final.

Sin embargo, el mayor rol lo cumplió la gente. Las Asociaciones Civiles Sin Fines de Lucro se hicieron notar este año y el caso del ‘Rojo’ fue uno de los más claros. El influencer Santiago Maratea realizó una campaña solidaria con la dirigencia para poder saldar sus deudas o, por lo menos, disminuirlas. Los hinchas empezaron a ‘bancar’ al equipo y se pusieron la famosa camiseta n° 10 para salir del fondo del pozo en lo económico.

El equipo estaba en la zona roja de la tabla anual, no podía incorporar jugadores por las deudas y, encima, el presidente electo, Fabián Doman, renunció a su cargo de un día para el otro. Pero ahí estuvieron los socios: reunieron más de U$S 3 millones para pagarle al América de México. 

Una vez que pudieron realizar esa primera cuota con lo recaudado, sumado a U$S 1 millón del club, y acordar un plan de pagos por el monto restante, Independiente fue desinhibido y pudo reforzar su plantel para la segunda temporada.

A fines del mes de agosto llegó Carlos Tevez al banco de suplentes. En su arribo al conjunto de Avellaneda, el entrenador remarcó que iba a hacer lo posible para levantar a “un grande caído”, y así lo hizo.

Su debut fue en una verdadera final por la permanencia, en la fecha n°2 de la Zona A de la Copa de la Liga Profesional de Fútbol, ante Vélez Sarsfield en el Estadio Libertadores de América - Ricardo Enrique Bochini, donde venció 2-1 a su rival directo en la lucha por no descender.

Con el paso de los partidos, el equipo comenzó a tener su impronta y la gente reconocía la imagen que daban los jugadores pese a los resultados. La actitud era otra y los hinchas lo notaban. La cara del plantel había cambiado y todo gracias a “Carlitos”. Independiente se salvó de perder la categoría y el nombre del ‘Apache’ se agrandó en el fútbol argentino, ahora también por su camino como director técnico.