Boca sabía que tenía la chance de marcar la gran diferencia. Quizás la final y definitiva. Y por eso salió como salió: tratando de meter a Independiente en su área, en su arco si fuera posible... Y lo logró. De la mano de Gago y del control de la pelota, el local le puso mucha intensidad a cada jugada y logró marcar la diferencia. Primero, con un penalazo que Alan Franco le cometió a Pablo Pérez, que el goleador del torneo (junto a Driussi), Benedetto, convirtió en gol. Pero todo continuó igual. El local siguió siendo un torbellino mientras que el Rojo se cocinaba en su propia tibieza. Hasta que ya en el final del primer tiempo, un desborde de Pavón por la izquierda termino en un centro al segundo palo, pordonde entraba Junior Benítez. El cabezazo y el 2 a 0 que cerró un tiempo abrumador a favor del equipo de Guillermo.  

En el segundo, todo estuvo de más. Independiente continuó con la misma levedad en su juego y Boca estaba cómodo, sólo hizo rotar el balón y esperar el final del encuentro. Hubo ocasión para otro tanto de Benedetto, lugo de una mala salida desde el fondo de los visitantes, y del festejo de los hinchas locales, que palpan que la jornada le ha definido la pulseada de este torneo a favor de su equipo.