Bolivia lo jugó como una verdadera final. Por todo lo acontecido en la previa, a lo que se le sumó el estrepitoso 0-3 que la Roja consiguió en Santiago hace unos días, lo era. Además, el tema vigente del 'escritoriazo' que metió Chile sólo le sumó más condimentos.

En la cancha, el elenco local demostró sus ganas de arruinar a su vecino. Se perdió goles, situaciones, pero acorraló al equipo de Juan Antonio Pizzi que, sobre el cierre de la primera mitad, perdió una chance inmejorable con Arturo Vidal, que tuvo una doble fecha de Eliminatorias para el olvido.

En la segunda mitad, Juan Carlos Arce, a los 13 (la yeta para los trasandinos) anotó de penal el 1-0 que se mantendría inalterable hasta el final.

Bolivia festejó como si se tratase del pasaje a Rusia. Y Chile sufrió como si lo acabara de perder.