Leandro Paredes le dice sonriendo a Neymar “Miel” y los dos se ríen. Ney tiene unos auriculares puestos y el desafío es entender lo que le dice el volante argentino en medio de la música ruandesa que lo aturde. La imagen forma parte de un video de YouTube subido al canal oficial del PSG, el pasado 29 de junio. En el video, además de Ney y Paredes, participan Marco Verrati, Alessandro Florenzi y otros jugadores del elenco parisino. El clip, que dura 4:17, se titula: “¿Nuestros parisinos saben de Ruanda? 5 Sentidos, un país”.

Ahora bien, ¿qué tiene que ver Ruanda, uno de los países más pobres del mundo, que aún se lame las heridas del genocidio de 1994 con el lujo de la Ciudad Luz? ¿Qué rol juegan en esta “relación” los petrodólares qataríes? La pelota como hilo conductor de un acuerdo que se teje y genera dividendos en otros campos muy distintos.

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Un buen observador podría haber visto, en medio del aluvión de flashes que cayeron sobre Lionel Messi en estos días, que detrás de la camiseta de entrenamiento, se lee la leyenda “Visit Rwanda”. O sea, “visiten Ruanda”. Ahora bien, ¿de qué manera puede el Gobierno de Ruanda costear el dinero de lo que salía ser el sponsor del PSG en junio de 2019 y lo que sale hoy, con el mejor jugador del mundo luciendo esa marca? De cualquier otra manera que no tenga que ver con el fútbol. Siendo socio de la familia real qatarí en la construcción de un aeropuerto estratégico en Kigali, por ejemplo.

Lo que hay entre Ruanda y PSG poco tiene que ver con el fútbol, con París o con Francia. Es una muestra de la relación geopolítica que hoy existe entre Ruanda y Qatar, a través de las buenas relaciones entre la familia real qatarí, dueña del PSG y de la cadena de Deportes BeIN Sports entre otras ramas del negocio, y Paul Kagame, primer ministro de la nación africana desde hace ya 21 años.

Ahora bien, ¿a Ruanda le interesa el fútbol? No, Ruanda lo que quiere es aumentar el flujo de turismo a su país. Por eso el “Visit Rwanda” de las camisetas, que también aparece en la estática del Parc Des Princes cuando el PSG hace de local. Ya se ha dicho: el Paris Saint-Germain es un club estado y su bandera es la de Qatar.

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En diciembre de 2019, casi seis meses después del video de YouTube descripto al comienzo de esta nota, en Kigali, capital de Ruanda, se celebraron, según consigna El Confidencial, la cuarta edición de los Premios Internacionales Anticorrupción. En ella, Kagame descubrió una estatua, que se trató de una mano abierta que simboliza la lucha contra la corrupción. La obra, que se llevo los aplausos, es una donación del jeque Tamim bin Hamad Al Thani, emir de Qatar y, dueño del PSG, de alguna manera. En esa ceremonia, también asistió un tal Gianni Infantino, presidente de la FIFA. Se sabe. Desde que la familia Al-Thani logró la designación de Qatar como sede del Mundial 2022, los vínculos entre Zurich y Doha están a la orden del día. Además, FIFA realizó un claro guiño a este país africano cuando decidió mudar su oficina para África del Este, desde Etiopía hasta Ruanda. Todo tiene que ver con todo.

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Volvamos al acuerdo Ruanda-PSG. La nación africana pagó para figurar en la equipación de entrenamiento del club parisino “apenas” u$s 10 millones por dos temporadas. Una cifra muy baja, más cercana al mejor contrato que se puede cerrar en el fútbol Argentino (el de Boca con Qatar Airways fue cercano a esa cifra) que a lo que se paga para estar en la camiseta de un club de la élite europea.

Para muestra un botón: el PSG suele tener sponsors qataríes, únicamente. La familia utiliza la camiseta del elenco francés como una marquesina gigante para sus negocios. Sólo un sponsor logró estar ahí sin ser qatarí: Accor, sexto grupo hotelero del mundo. ¿Cuánto pagó? u$s 50 millones. Cuatro veces más de lo que abonó el país africano.

El vínculo PSG-Ruanda se mantiene en secreto. O al menos los detalles. Pero incluyó, por ejemplo, que varias estrellas del PSG hayan ido de visita a ese país. Y videos como el que protagonizaron Paredes y Neymar. Dijo Le Parisien, por caso, que el acuerdo también contemplaba que en Parc Des Princes sólo se servirían café y té ruandeses.

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¿Cuál es la real zanahoria en el aceitado vínculo Qatar-Ruanda? La familia real busca que Qatar sea el máximo inversionista en tierras ruandesas. Es más, sólo se necesitaron 120 horas para que se vea la puntada detrás del acuerdo que, oficialmente, fue entre el Ruanda Development Board y PSG.

Cinco días después de esa firma, el Emir de Qatar anunciaba, desde Kigali, que su país sería parte de la construcción de un aeropuerto en esa ciudad, piedra fundamental, estratégica y geopolítica. Qatar tomaría parte de un 60% del proyecto. La idea es que el aeropuerto tenga una capacidad de mover a siete millones de personas. Su costo está estipulado en u$s 1300 millones. Este aeropuerto será la mayor inversión que Qatar haga en suelo africano. ¿El motivo? Su posición estratégica. Algo que en esta parte del globo vale casi tanto como el petróleo. Como parte del negocio del aeropuerto, Qatar será dueña del 49% de la aerolínea bandera RwandAir, la cual sería clave en el “Visit Rwanda” que lucen las camisetas del PSG.

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La relación entre Al-Thani y Kagame es muy buena hace ya cinco años. En 2017, Qatar buscaba romper el bloqueo internacional orquestado por sus vecinos Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, que acusaban al emirato de apoyar el terrorismo islámico de grupos como Hamás. Como parte de la estrategia para lavar su imagen, Doha buscaba dónde poder invertir y generar oportunidades de negocio. Allí apareció Ruanda, en el corazón de África, y con una historia ligada a las guerras civiles, hambruna y genocidio. Un país muy pobre pero estable y relativamente menos corrupto que los países de su entorno. El lugar ideal para Al-Thani.

Son numerosos los acuerdos entre ambas naciones, en términos de cooperación fiscal, para evitar la doble imposición a turísticos, de agricultura o intercambio tecnológico. En este sentido, la aparición de la marca Rwanda en la espalda de Leo Messi es sólo un ladrillo más en la pared de geopolítica, relaciones amistosas y estrategia que existe entre ambas naciones hace ya media década.

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Si bien la imagen de Ruanda aparece contraria a la de Qatar, ya que es un país que sigue recuperándose del genocidio de 1994 y que ha tenido mejoras significativas en materia de seguridad, con índices de baja corrupción, con mejoras en aspectos de salud y medio ambiente, Kagame, considerado uno de los líderes más prestigiosos de la región, también tiene sus zonas oscuras. Lleva gobernando desde el año 2000. En 2017, debió modificar la constitución para volver a ir a las urnas. Ganó esas elecciones con un sospechoso 98,8% de los votos. A todo eso hay que sumarle una importante persecución a sus enemigos políticos.

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¿Qué es el Visit Rwanda? La idea es vender al país como una zona turística ideal para el turismo de lujo. ¿Por qué de lujo? Porque ir a ver a los gorilas de este país, una de las mayores atracciones, no es para cualquiera: una excursión sale unos u$s 1500. No es para cualquiera, pero sí para la familia real qatarí. Apunta a un turismo no masivo, pero que sí deje mucho dinero en el país.

Arsenal, el antecesor

Quizás sorprenda o no haya sido tan notorio, pero Ruanda ya intentó esto mismo: asociarse a un club de fútbol en busca de levantar su imagen y alentar su turismo. Lo hizo con el Arsenal inglés, elenco con el que llegó a un acuerdo un año antes de su desembarco en PSG.

En esa ocasión, Ruanda pagó u$s 30 millones y el acuerdo incluyó estampar el nombre del país en la manga de la camiseta. Sin embargo, el acuerdo hizo saltar las alarmas del parlamento británico, que subrayó el hecho de que una nación que recibe dinero para su desarrollo use parte de ese dinero para generar ese tipo de acuerdos. En aquel momento, la directora ejecutiva del Rwanda Development Board, Clare Akamanzi, fue tajante en su respuesta: "Cualquiera que critique nuestro acuerdo con el Arsenal sobre la base de que Ruanda es pobre o receptora de ayuda para el desarrollo, o quiere que Ruanda siga siéndolo perpetuamente o no entiende que, en cualquier negocio, los gastos de 'marketing' son un componente clave de los gastos de empresa".

Según la Rwanda Development Board, una encuesta entre los seguidores del Arsenal mostró cómo se pasó de un 71% que no veía a Ruanda como opción turística antes del acuerdo a un 51% que podría pensarse unas vacaciones allí. O sea, el efecto deseado. Ruanda apunta, con este tipo de sponsoreos, a duplicar sus ingresos por turismo, la industria a la que apelan a convertir en la principal del país.

Según marca El Confidencial, esta nación centroafricana apuntaba a superar los u$s 800 millones de ingresos anuales para 2024. El tema es que Ruanda no contaba con la pandemia. De todas maneras, con el mejor jugador del mundo en el club, un hombre que cuenta con más de 200 millones de seguidores en las redes sociales y que aparece sonriendo con una camiseta que dice “Visit Rwanda”, quizá el objetivo pueda darse antes de lo esperado. Es lo que esperan en África y lo que desean en Qatar.